Con una función a la gorra y el estreno de la obra “Creer o reventar”, el Teatro Comunitario de Berisso colmó días atrás su sala de calle Nueva York y 169, celebrando además el 17º aniversario de la creación del grupo.
La largamente anhelada construcción del espacio que hoy aloja la actividad del TCB comenzó a esbozarse en 2016, con el impulso del recordado Lito Cruz y de su hija Micaela.
Con un subsidio otorgado por la provincia, el grupo pudo comprar el terreno y sentar las bases de la estructura para ver crecer su casa. Otra ayuda económica, en este caso a través del denominado Catálogo Turístico Bonaerense, permitió avanzar en la construcción de la cocina, oficinas y baños. El último paso se dio junto a la Municipalidad y tuvo que ver con el hormigonado del piso.
Para apuntalar la construcción, integrantes del grupo, amigos y allegados echaron a andar una campaña orientada a ‘juntar ladrillos’. Fue una de las tantas propuestas lanzadas para reunir materiales que ayudaran a materializar el sueño de vieja data.
Parte del mobiliario y del acervo escenográfico con que cuenta el espacio de la histórica esquina berissense también fueron un aporte de Lito Cruz.
Ya procesada la adrenalina del debut, el grupo ofreció una nueva función el domingo y proyecta otra para el sábado 22 de octubre. Las reservas pueden realizarse haciendo contacto a través del (221) 540-5964.
Nuevo espacio y el mismo espíritu
El TCB inició su camino con “Primeros Relatos”, un homenaje a los inmigrantes y trabajadores de los frigorífico Swift y Armour. Conformado por actores-vecinos el grupo nació en diciembre de 2005 de la mano del Instituto Cultural de la Provincia que, junto a la Dirección Municipal de Cultura lanzaron el proyecto “Escenarios”.
Los impulsores de la iniciativa se reunían por entonces en la Sociedad Lituana y el Club de Pesca, guiados en sus primeros pasos por Adhemar Bianchi (director del Teatro “Catalinas Sur”), Ricardo Talento (director del “Circuito Cultural Barracas”) y Cristina Ghione (música y compositora de Canto Comunitario). La coordinación corría por cuenta de Clementina Zir, María Laura D’Angelo y Javier De Jesús.
Así comenzó a girar la rueda de la memoria colectiva y fue posible recrear escenas que le dieron entidad a la obra que, con gran apoyo del público, se mostró en diversos espacios de la ciudad y mostró también a Berisso puertas afuera.
Un subsidio del Instituto Nacional del Teatro permitió incorporar instrumentos musicales, equipo de sonido y elementos escenográficos y a partir de 2008, el grupo se conformó como Asociación Civil.
Sus integrantes están convencidos de que el arte puede modificar la realidad circundante desde un lugar critico y constructivo, considerando que cada uno forma parte de un gran espacio de transformación social.
Compartir noticia