Momentos de incertidumbre vivieron alumnos del Instituto San Francisco de Asís, la Escuela Primaria 21 y el Jardín 913, que debieron evacuar los respectivos edificios.
Esta mañana, una situación de incertidumbre afectó a la manzana en que funcionan el Instituto San Francisco de Asís en sus diferentes niveles, la Escuela Primaria 21 y el Jardín 913.
Mientras los alumnos del San Francisco debieron tomar distancia del edificio escolar por un principio de intoxicación que presentaban alumnos de quinto año, en las otras instituciones la evacuación fue por amenaza de bomba. En ambos casos, las clases del turno mañana no se retomarían.
Con el paso de las horas, y ya desiertos escuelas y jardines, el director del Hospital Larrain, Ricardo Baudino, informó que de los quince menores que habían llegado al nosocomio presentando síntomas de algún tipo de intoxicación, doce habían podido retirarse de inmediato, mientras que los otros tres quedaron en observación durante dos horas, luego de lo cual también fueron dados de alta.
La ausencia de información oficial transcurridas varias horas no hizo sino avivar versiones de todo tipo respecto del origen del problema, sembrando confusión y preocupación en las respectivas comunidades educativas. No se contó, como en otros casos, con la voz tranquilizadora de Bomberos o Defensa Civil, organismos con personal experimentado en este tipo de situación que no fue convocado y que tal vez podría haber colaborado desde su expertise para disipar dudas.
Horas después de que el barrio recuperara su fisonomía habitual, ya retomadas las clases en los establecimientos públicos de la manzana, el Instituto San Francisco, a través de un comunicado dirigido a su comunidad educativa firmado por las representantes legales, procuró brindar precisiones respecto de los sucesos matutinos.
En dicho comunicado, se mencionó que alumnos de quinto año del nivel Secundario experimentaron un fuerte olor en el aula, seguido de sensación de ahogo, ardor de garganta y lagrimeo, lo que derivó en el egreso al patio y el llamado a un servicio de emergencias privado, que determinó la necesidad de trasladar al Hospital a los jóvenes afectados.
Conforme a lo que describieron las voceras del colegio, se llamó de inmediato a un gasista, quien revisó una estufa “no constatando rotura alguna”.
Cumpliendo con lo que establecen las normas y como medida preventiva, personal de Camuzzi retiró de inmediato el regulador de gas. Dos inspectores de la empresa llegaron luego para realizar una inspección.
En el comunicado se lee que dichos agentes de la empresa distribuidora consideraron “imposible” que se hubiera registrado una fuga de monóxido de carbono “por el tipo de estufa, rejillas existentes, ventilación y dimensiones del aula”, afirmando que “una pérdida de monóxido de carbono no condice con el olor que los alumnos manifestaron sentir”.
Así las cosas, el establecimiento informó que por la tarde, en el momento de emitirse el comunicado, continuaba la tarea del gasista convocado para realizar la revisación de rigor, con el objetivo de descartar cualquier tipo de riesgo. También transmitió que este viernes se dictarán clases en forma normal.
Llamado amenazante en la EES 1
En la noche previa, la que vio afectada su normal desenvolvimiento fue la comunidad de la EES 1, en ese caso por una amenaza de bomba, que obligó a llevar adelante el protocolo de rigor. Descartado el potencial peligro, el establecimiento retomó su ritmo habitual, aunque se sigue con atención la investigación que apunta a tratar de establecer la procedencia del llamado intimidante.
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