Vecinos que visitan asiduamente áreas naturales del distrito expusieron sus reparos frente a acciones que según afirmaron afectan al balneario La Balandra, al punto de poner en riesgo sus particularidades como paisaje natural de la costa ribereña.
En tal sentido, afirmaron que la situación es preocupante sobre todo desde julio, mes en el que se firmó un Convenio de Uso y Administración para preservar el ecosistema, mediante el que la Provincia le otorgó a la Municipalidad la potestad de administrar el balneario público con la finalidad de evitar acciones que amenacen las especies nativas.
“El Municipio efectivamente desembarcó en la playa, pero no para cuidar y proteger el ambiente, sino todo lo contrario”, cuestionan visitantes del espacio, observando que máquinas excavadoras y tractores con pala ‘arrasaron de cuajo’ la vegetación autóctona, especialmente los juncos que crecen sobre la franja costera y que actúan como muro de contención natural para reducir la erosión constante del río o, lo que es lo mismo, que el río ‘se coma la costa’.
“Se supone que la intención del Municipio con estas obras era ampliar la zona de acceso a la playa, sin advertir que con ese accionar lo que consiguieron es destruir el sistema de auto protección natural que tiene este tipo de costa ribereña”, afirman los mismos vecinos, sumándose al pedido de informes que el grupo VACHUG (Vecinas Autoconvocadas en defensa del Canal Humedal Urbano Génova) presentó semanas atrás en el Concejo, aún sin respuesta.
Otro avance sobre el ambiente, describen, lo constituye el avance cada vez más acelerado de la construcción de ‘casitas de chapa y madera’ del tipo isleñas a muy pocos metros de la costa. Algunas, advierten, podrían funcionar como vivienda, y otras como una suerte de resto-bar de cara a la próxima temporada, lo que deriva en un cuestionamiento respecto al usufructo privado de un espacio público.
Finalmente, advierten que ‘a la destrucción y usurpación del ambiente natural y público’ se suma la enorme cantidad de desechos que pueden advertirse en la costa. “Pareciera que su eliminación no forma parte del ‘plan de limpieza’ encarado por el Municipio”, ironizan, consignando que tal vez parte del recurso humano afectado al cuidado de la costa podría avanzar en una tarea para evitar que empeore la situación de contaminación que experimenta el Río de la Plata, fuente de agua dulce vital para la región. “Al río no sólo van a parar los desechos cloacales, sino también todos los plásticos, vidrios, y demás residuos no degradables que el río se lleva con cada crecida y entonces parece que no están y que devuelve con cada bajante y entonces parece que nadie ve”, expresan los vecinos, agregando con preocupación que algo de la ‘basura’ que puede observarse tiene apariencia de telgopor, pero no es otra cosa que ‘materia fecal’ con varios días de presencia en el río, lo que agrega una preocupación sanitaria al particular cuadro.