El viernes 22 de noviembre se concretó el acto central por el 50° Aniversario del JardÃn 908 “El Ombúâ€, con sede en Ruta 15 y 74, en Los Talas.
La actividad se inició con el descubrimiento de una placa en reconocimiento a la labor educativa de la institución, del que participaron autoridades escolares y municipales, encabezadas por el intendente Fabián Cagliardi.
Tras la recepción de banderas y la entonación del himno nacional, se escucharon mensajes relacionados con la conmemoración y directivos del establecimiento recibieron de la Municipalidad el obsequio de una bandera de Berisso.
Hubo además un momento musical, con la interpretación de canciones infantiles en un segmento coordinado por la profesora de música Angélica Di Paolo, en conjunto con el Ensamble Palo Santo de la Escuela de Arte. Para finalizar, los chicos cantaron una canción dedicada al jardÃn, compuesta junto al profesor de música Marcos Tradatti.
De la celebración que reunió a la comunidad educativa del JardÃn, encabezada por la directora Liliana Ortiz, se sumaron la presidente del Consejo Escolar, Paola Ovejero; la inspectora de Nivel Inicial, Mariel Saucedo, y otras autoridades y representantes institucionales.
“Trabajamos en un acto emotivo, sencillo, a corazón abierto, porque creemos que en lo simple están las cosas extraordinariasâ€, manifestó Liliana Ortiz, tras una mañana de emociones intensas.
La directora llegó de otro distrito recientemente y eligió el JardÃn en marzo del año pasado, embebiéndose de la historia que se inició el 22 de noviembre de 1974. En tal sentido, mencionó que las actividades comenzaron con una matrÃcula de 22 alumnos, que asistÃan a clases primero en la Escuela 15 y luego en la Escuela 10.
Buscando el espacio propio, a través de Municipalidad, el Ministerio de Educación y la entonces Propulsora Siderúrgica, se logró en 1981 avanzar en la construcción del edificio. Desde entonces, el JardÃn fue creciendo, hasta convertirse en el único que el año pasado contaba con sala de dos años.
“Es un jardÃn reconocido como rural por el territorio donde está, por la lejanÃa que tiene de la denominada parte urbana. Si bien está ubicado en asfalto y tiene servicios, lo que hace que siga siendo considerado rural es el no contar con la circulación de un transporte público constante. Acá sólo llega el “J†de la lÃnea 202 que pasa cada horaâ€, advirtió Ortiz a la hora de describir una particularidad de la institución.
Ese rasgo se combina con una comunidad que ama el jardÃn y a las instituciones con las que articula (la Escuela Primaria 10 y la Escuela Agraria). “La mayorÃa de las familias del jardÃn continúan su trayectoria escolar en esas instituciones, entonces hemos trabajado en una articulación pedagógica, curricular y comunitaria, lo que constituye una fortaleza. Compartimos un mensaje en relación al compromiso, la asistencia y la importancia de contar en la comunidad con establecimientos educativos para los tres nivelesâ€, explicó en tal sentido la docente.
Hoy por hoy la matrÃcula llega a 80 alumnos que se distribuyen en 2 secciones en el turno mañana y 4 en el turno tarde. Y si bien la apertura de un nuevo establecimiento con sala de dos y doble jornada tuvo su efecto en la inscripción en el 908, después se notó un ‘repunte’, por apego y reconocimiento a la labor pedagógica. Las salas de dos años cuentan hoy con 8 chicos en cada turno, número que por el momento conforma a los directivos, teniendo en cuenta que no se trata de una sala obligatoria.
Ortiz advierte que la comunidad se compromete y participa activamente de las actividades y de la contención extra-escolar en el caso de que haga falta. “No ser tantos facilita esto de conocernos. Es un vÃnculo de complicidad, de sostén. Eso le da la impronta al jardÃnâ€, manifestó, poniendo como ejemplo la puesta en marcha de una campaña para colaborar con una familia que sufrió el incendio de su casa. “Eso también se enseña en el jardÃnâ€, definió, dejando un párrafo final para referirse al desafÃo de enseñar en los dÃas que corren. “Hoy las infancias no son las mismas de hace 50 años. Esto implica un gran desafÃo profesional. El docente tiene que estar constantemente nutriéndose de las nuevas pedagogÃas, de nuevas estrategias y debe renovarse e incorporar lo digital y la interculturalidad y la educación ambiental integral sin perder de vista la escucha a la familia, a los niñosâ€, argumentó, destacando además el aporte que ofrece el equipo de orientación educacional y social.