Martes 21 de enero de 2025

Ariel Iotov, tras el cruce del Río de la Plata

Ariel Iotov tras el cruce a nado del Río de la Plata

El nadador y formador de nadadores Ariel Iotov cumplió recientemente con una deuda pendiente al completar exitosamente el cruce a nado del Río de la Plata, proeza que hasta el momento cumplieron apenas poco más de cuarenta nadadores.

La travesía, encarada en conjunto con su par platense Ignacio Piaggio, requirió de un intenso entrenamiento, en el que gradualmente se fueron incrementando los metros recorridos y, toda vez que las condiciones meteorológicas lo permitieron, nadó en aguas abiertas.

“Había que entrenar el físico, pero sobre todo la cabeza, teniendo en cuenta que se trata de nadar sin pausa durante más de diez horasâ€, mencionaba el deportista ligado históricamente al Hogar Social antes de zambullirse en las costas de la ciudad de Colonia para concretar este nuevo logro, de doble mérito si se tiene en cuenta que hace más de veinte años, siendo adolescente, el nadador no había podido completar la distancia al sufrir un principio de hipotermia tras nadar alrededor de cinco horas y media.

“El desafío me encuentra ahora más maduro, más experimentado y a la vez contamos con mejor tecnología para monitorear con precisión el estado del clima y del ríoâ€, manifestaba confiado tras llegar a Uruguay para iniciar la misión.

Ambos nadadores partieron apenas pasadas las cinco de la mañana y en el caso de Iotov, la llegada fue a las 18:03, es decir que las horas de nado ininterrumpido fueron finalmente trece. La logística la integraron una embarcación mayor, encargada de marcar el rumbo, más un semirrígido por cada nadador, desde donde se siguió atentamente la performance, suministrando mediante una caña sólido y líquido para mantener el cuerpo nutricionalmente balanceado.

Logro diferido

Iotov abrazó la natación deportiva a los siete años en el Hogar Social, de la mano de su formador inicial, Oscar Pagano. A los 13 debió continuar su carrera en Universitario, teniendo en cuenta que por entonces en Berisso no había clubes con nadadores federados.

En la institución platense tuvo como entrenador a Ricardo Casas, quien lo ayudó a obtener los logros deportivos más importantes en natación de pileta: participar de varias finales en pruebas a nivel nacional y marcar el récord nacional junior en los 100 metros libres entre otros.

Ariel Iotov tras el cruce a nado del Río de la Plata

A la vez, como guardavidas integró el equipo nacional que compitió en varios Sudamericanos y en un mundial en Alemania, ingresando en el selecto grupo de los diez mejores del mundo en salvamento deportivo.

Mientras sumaba logros fue creciendo su amor por el río, al desempeñarse a lo largo de varios años como guardavidas en Punta Lara. El apego al río y las ganas de cruzarlo a nado alguna vez creció también por el influjo de un nadador uruguayo al que conoció cuando competía por el club Plaza Colonia.

El 21 de febrero de 2003, con 19 años, intentaría por primera vez el cruce. “Todavía no estaba del todo maduro. Nos preparamos bien, pero en esa ocasión no ayudó mucho el clima y tras cinco horas y media en el agua sufrí un principio de hipotermia. En ese entonces dije que ya no volvería a intentarlo, pero la verdad es que el cruce nunca dejó de rondar en mi cabezaâ€, confiesa ahora, con la misión cumplida.

El accidente de moto que sufrió en 2015, además de condicionarlo severamente para continuar con su habitual práctica deportiva, desplazó por completo del escenario el desafío pendiente. La triple fractura en pelvis y las lesiones en los hombros, una de ellas operada, limitaron la potencia que lo caracterizó en los años previos.

La gradual recuperación y el paso del tiempo lo animaron a hacer nuevamente foco en aquel viejo anhelo. En enero de 2024, una charla con su esposa y su hija, co-protagonistas de la experiencia, representó el inicio de los preparativos para la misión.

Objetivo en foco

En los casi doce meses de preparación, Iotov aumentó diez kilos de peso. “Cambié mucho el físico. Dejé transitoriamente el triatlón y me enfoqué en el entrenamiento para nadar en el río. Sumé rutinas especiales con pesas para fortalecer los hombros. Fui aumentando el volumen de natación gradualmente, justamente por miedo a que no me respondiera el hombroâ€, expone.

El largo proceso para llegar a enero de la mejor forma posible abarcó también un protocolo de hidratación y alimentación desarrollado junto a la nutricionista Agustina Cognetti.

Ariel Iotov tras el cruce a nado del Río de la Plata

“Este tipo de entrenamiento se torna a veces monótonoâ€, reconoce el nadador. En las primeras semanas permanecía alrededor de dos horas en la pileta del Hogar Social; en las últimas, en cada sesión de entrenamiento cubría más de 19 mil metros.

A mitad de año, propuso al joven nadador Ignacio Piaggio proyectar el cruce juntos, con la idea de minimizar movimientos para resolver exigencias administrativas y burocráticas. El acuerdo también los convirtió en compañeros de entrenamiento, más allá de que la preparación intensa siguió rigiéndose por particularidades individuales como la talla, la edad y el metabolismo.

Llegado el 10 de enero, Prefectura Uruguay autorizó el inicio de la travesía en el mástil de la Punta de Colonia a las 5:03 de la mañana. Amanecía y el viento soplaba desde dirección norte con mayor fuerza de lo que hubiera resultado ideal. Sin embargo, era viento ‘a favor’.

Ariel Iotov tras el cruce a nado del Río de la Plata

Si bien el tiempo acompañaba, el temor al que el físico traicionara seguía latente. “A las dos horas de nadar comencé a sentir una molestia en el hombro derecho. Tenía miedo de que pasara, pero no tan temprano. Ahí empezó una batalla particular contra el dolorâ€, revela Iotov al repasar el trayecto.

La labor de Julián Ochoa a bordo de la embarcación de acompañamiento fue en esa instancia fundamental. “No sólo me acercaba el alimento y la hidratación mediante una pértiga. A través de una pizarra me mantenía entretenido para sacar la cabeza de ese lugar de molestia. Fue un pilar importante: jugamos al ta-te-ti, me hacía cuentas para mantenerme ocupadoâ€, cuenta el nadador.

Pasadas ocho horas y media, llegando al canal Mitre, el viento se puso del Este y las olas generaban una deriva que no era la preferible. “El viento nos empezó a frenar. Pude mantener la cadencia y el número de brazadas, pero esas últimas tres horas de nado fueron de una pelea impresionante. Estuve a punto de no tolerar el dolor, pero creo que mi sueño me permitió tocar arena del lado argentinoâ€, repasa el atleta.

Los pies en la tierra, hubo ganas de llorar, de reír, de abrazar a las personas que acompañaron todo el proceso. Muchísimas emociones que transforma en una dedicatoria a su esposa, su hija, sus padres, su hermano, integrantes del equipo, alumnos y amigos de la pileta.

Ariel Iotov tras el cruce a nado del Río de la Plata

“Cuando un persigue un objetivo, insiste, se prepara y fundamentalmente cree, los sueños se hacen posible. Con 41 años y un accidente encima, creo que esta experiencia de muestra de esoâ€, concluye Iotov.

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