
Preocupados ante la alta tasa de suicidios e intentos de suicidio que exhibe la ciudad, integrantes de la Agrupación Puente -organización que promueve acciones en diferentes campos de interés social, entre ellos el ambiental y el educativo- decidieron iniciar una campaña de difusión de un protocolo de asistencia desarrollado junto a la joven vecina Natalia Cabaña.
En los últimos meses, describen desde la organización, Berisso fue foco de repetidos eventos que atentan sobre todo contra la integridad de los más vulnerables, entre ellos muchos jóvenes.
“Entendemos que trabajar sobre esta problemática, ayudará a reducir la tasa de suicidios en nuestra ciudadâ€, indicaron referentes de Puente, indicando que de las estadÃsticas se desprende que del año 2017 hasta la fecha, del total de intentos de suicidio el 67% afectó a hombres. La franja etaria más comprometida va de los 16 a los 53 años con factores desencadenantes como violencia, adicciones, crisis económica y situación sentimental.
Berisso, afirman, forma parte del lote de las ciudades de la provincia de Buenos Aires con los Ãndices más altos de suicidio adolescente. Por caso consumado, cabe mencionar, se calcula que hay otros diez en los que el intento de autolesión no alcanza un desenlace fatal.
En el material que la Agrupación Puente pone a disposición de los ciudadanos aparecen una serie de consejos en cuanto a primeros auxilios psicológicos para intentar un acercamiento efectivo a personas en situaciones que pueden derivar en intentos de autolesión.
El protocolo
En el protocolo se define como ‘intervención en crisis’ a la estrategia que se aplica en el momento de una desorganización grave. Aplicado a estos casos, el objetivo es ayudar a la persona a recuperar el nivel de funcionamiento que tenÃa antes de la crisis, la restauración del equilibrio emocional y una mejora en cuanto a su conceptualización de lo sucedido para apoyar en la activación de los recursos de afrontamiento que se requiere.
La intervención en crisis se divide en una intervención en primera instancia, que consiste en dar los primeros auxilios psicológicos y restablecer el enfrentamiento inmediato ante la crisis que se está viviendo, y una en segunda instancia, que consiste en brindar a las personas que lo requieren un proceso psicoterapéutico dirigido a ayudar a translaborar los sucesos traumáticos, es decir a integrarlos de manera adecuada a la trama de la vida, sin impacto traumático.
Aquellos sÃntomas que aparecen más frecuentemente en las personas que atraviesan por una crisis son sentimientos de cansancio y agotamiento, sentimientos de desamparo, sentimientos de inadecuación, sentimientos de confusión, sÃntomas fÃsicos, sentimientos de ansiedad, desorganización del funcionamiento en sus relaciones laborales, desorganización del funcionamiento en sus relaciones familiares, desorganización del funcionamiento en sus relaciones sociales y desorganización en sus actividades sociales.
Los primeros auxilios psicológicos, debe tener claro quien asiste en una de estas situaciones, debe apuntar a proporcionar apoyo, reducir la mortalidad y proporcionar el enlace con las fuentes de asistencia.
Una vez revisados de manera general los aspectos citados, es probable que la persona afectada pueda afrontar de manera eficiente y eficaz la situación de emergencia, que de otra manera la hubiera dejado paralizada. Es entonces cuando resulta procedente realizar el contacto psicológico, examinar las dimensiones del problema, analizar las posibles soluciones, asistir en la ejecución de una acción concreta y darle seguimiento.
“En conclusión -establece el protocolo- se puede decir que toda persona a lo largo de su vida puede vivir alguna situación de crisis y que si no la afronta de manera acertada requerirá una intervención en crisis para que se restablezca su nivel de funcionamientoâ€.