
Pide disculpas por no haberse contactado antes. Difundir la experiencia que viene protagonizando, evalúa ahora, podrÃa haber sido de ayuda para muchas otras mujeres en diferentes latitudes. Su ‘perfil bajo’ la hace aún más valiosa; las cosas van dándose y las satisfacciones cosechadas en su impensado raid de los últimos tiempos son el mejor premio.

Asà y todo, este viernes Mónica Orellano ‘cruzará el charco’ para ser agasajada en el Radisson Montevideo Victoria Plaza Hotel de la capital uruguaya. Será una de las distinguidas por la “Federación de Mujeres para la Paz Mundial – CapÃtulo Uruguayâ€, ONG sin fines de lucro filial de la Women’s Federation For World Peace (WFWP), en una ceremonia organizada para celebrar el DÃa Internacional de la Mujer.
La berissense es una de las impulsoras de la ‘Fanbase de Mamis y Abuelas Army Internacional’, grupo privado en Facebook con más de 60 mil integrantes inspirado en la banda pop coreana BTS que fue posicionándose como un espacio virtual en el que mujeres mayores de diferentes paÃses de América encuentran compañÃa, contención y alternativas para enfrentar contextos en algunos casos muy duros.
Una carta, un libro
“Nunca fui fan de nada, ni de nadieâ€, empieza por aclarar Orellano, para explicar que el ‘click’ que sucedió en este caso tiene algo de ‘mágico’.
“Me identifiqué con las letras de las canciones de BTS. Me ayudaron a transitar esta etapa de mi vida. Un dÃa subà a Facebook una carta contando por qué me gustaba la banda. Recibà algunas crÃticas… ¿Una mujer grande admirando a una banda para jóvenes?â€, describe.
El caso es que poco después, esas crÃticas quedaron a la sombra de mensajes de aliento, sobre todo de mujeres que experimentaban sensaciones similares. “Somos las ‘raras’ a las que nos gusta esta música. Éramos unas veinte mujeres en noviembre de 2023 y hoy somos más de 61 mil mamás y abuelas en siete paÃsesâ€, refiere.
La música fue el disparador, pero el grupo traspasó la barrera del mero hobby. Un dÃa, desde México y Colombia, desde Venezuela y Cuba comenzaron a contarse historias que inspiraron una labor que siguió el camino de la asistencia emocional y de algún modo motivacional.

“Nos pusimos en contacto con muchas mujeres golpeadas por la vida, vapuleadas, sometidas a situaciones de un machismo extremo. Comenzamos a llamarnos, a hablar. A veces hacer contacto para ver cómo estamos es suficiente después de tanto abandonoâ€, menciona Orellano, quien años atrás, como docente activa, participó de la fundación de la seccional local del gremio UDOCBA, y presidió una organización de mujeres panamericanas instaurada a través de la OEA, de la que se bajó en dÃas de la guerra de Malvinas, crÃtica de la falta de compromiso con las necesidades argentinas.
En contacto con el grupo “EpifanÃa Emocionalâ€, la ‘fanbase’ pudo poner al alcance de las mujeres que la integran unas 15 psicólogas y terapeutas. “Intervenimos en más de 150 casos, muchos de ellos muy difÃciles, de mujeres que por ejemplo cuchilla en mano decÃan que se querÃan matar. Horas y horas de charla ayudaron a muchas mujeres a salir adelanteâ€, observa la internauta berissense, añadiendo que la necesidad también derivó en la generación de otra herramienta, en este caso en el campo del Derecho.
“Muchas mujeres se separan y no saben qué les corresponde. Por eso, entre otras cosas, le dimos forma a un grupo de apoyo legal que ofrece asesoramiento ante estas situaciones. Tengo cursados tres años de la carrera de AbogacÃa, asà que en este caso pude oficiar de nexo en varias situacionesâ€, precisa.
Un desafÃo más reciente tiene que ver con brindar a abuelas la posibilidad de manejar recursos de comunicación que ofrecen las nuevas tecnologÃas. En ese caso se decidió conformar un grupo pedagógico que asiste a quienes lo requieren. “La verdad es que nuestra labor se parece a una gran ‘cadena de favores’. Asà trabajamos. Siempre hay alguien que puede dar una mano, lo que se necesita es a veces generar el nexo o los contactosâ€, afirma Orellano.

Entre los sueños que abraza por estos dÃas figura el de intentar que llegue a Corea un libro al que bautizó “Caja Mágicaâ€, en el que reúne testimonios de muchas mujeres que cuentan en qué momento les llegó la música de BTS y qué cambió gracias a eso.
“Hablé con el papá de uno de los cantantes y se ofreció a poner a los músicos en conocimiento de lo que venimos haciendo. Somos mujeres que ponemos el corazón para contar lo que ofrecen los músicos a nuestra vidaâ€, sostiene.