No tiene rasgos orientales, pero en pocos años se transformó en un apasionado de la cultura china. Esa pasión lo condujo en mayo a quedarse con la 24ª edición del concurso Puente Chino, logro que le permitirá representar a la Argentina en la ronda final del certamen, que se celebrará en breve en la gran nación asiática. Luciano García Zárate tiene 22 años, vive en Villa Progreso y es estudiante de Turismo de la UNLP, en la que además forma parte del Instituto Confucio.
La etapa nacional del certamen se definió en un encuentro celebrado en el auditorio de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, que reunió a estudiantes universitarios ligados a diferentes institutos Confucio del país y contó con la participación del agregado cultural de la Embajada de China en Argentina, Liu Qingwei. En el marco del evento, se remarcó que el idioma chino mandarín no sólo es “un puente cultural entre los dos países”, sino que representa además “un activo estratégico” para el futuro profesional de las nuevas generaciones a nivel mundial.
Durante la competencia, los siete finalistas presentaron un discurso en chino mandarín con contenido personal, respondieron preguntas sobre la cultura china y ofrecieron una demostración artística para exhibir sus habilidades en canto, danza tradicional, dominio de instrumentos chinos y doblaje.
El desempeño de García Zárate, que el jurado consideró impecable, resultó coronado por una destacada ejecución de ‘kuaiban’ (快板), acompañada por un trabalenguas en chino mandarín. Tras la premiación, el ganador reveló que el instrumento fue traído desde China por la directora del Instituto Confucio de la UNLP, pero que el desafío fue aprender a tocarlo en forma autodidacta.
Motivado
Luciano comenzó a estudiar Turismo en 2023. En simultáneo dio sus primeros pasos en el aprendizaje del idioma chino. “Inicialmente no pude avanzar mucho, pero hice amigos chinos y me entusiasmó la posibilidad de conocer su cultura. Desde ese momento estudié muchísimo y pude avanzar muy rápido con el objetivo de comunicarme”, menciona. No fue tarea fácil, tratándose de países y culturas tan alejadas en el aspecto geográfico. Sin embargo, la curiosidad resultó una motivación poderosa. “Me resultó muy entretenido conocer historias y costumbres tan diferentes a las nuestras”, consigna.
“Definitivamente estamos mejor conectados que nunca. Teniendo el enlace del idioma y la cultura podemos comprendernos mutuamente sin problemas”, afirma también, al aludir al momento que atraviesa el vínculo entre ambas naciones. “Los chinos también piensan en Argentina como un lugar muy interesante y nuevo”, describe, mencionando que el fútbol, y especialmente las figuras de Messi y Maradona, son buenas cartas de presentación cada vez que entra en contacto con una persona china. “Cuando viaje, voy a llevar algunas cosas de la Selección para regalar”, se propone.
Mientras avanzaba a gran velocidad en su plan de aprender el idioma chino, se transformó en profesor de español para chinos radicados en la Argentina. Ese tipo de vínculo resultó una enorme experiencia. “Siempre me daban comida para el viaje de vuelta a La Plata y hasta me invitaron varias veces a comer con ellos. Los chinos son muy amables con las personas interesadas en conocer su cultura. Creo que superando la barrera del idioma y conociendo las diferencias culturales, argentinos y chinos vamos a poder entendernos mejor y compartir nuestra cultura mutuamente”, reflexiona.
Como puerta de entrada al mundo de la nación oriental, recomienda probar su comida, visitar el Barrio Chino en CABA o, en el caso de quien quiera familiarizarse en forma intensiva y más completa, acercarse al Instituto Confucio. “No hay un camino específico a seguir para comenzar a conocer otra cultura. Cada uno puede seguir sus propios intereses e ir a su propio ritmo”, sostiene.
Integrante de los planteles del club El Ciclón en sus días de fútbol infantil y visitante asiduo de la Fiesta Provincial del Inmigrante, Luciano presiente un replanteo del camino de cara a los próximos años. “Haber ganado este campeonato y llegar a un nivel alto de manejo del idioma en poco tiempo hicieron que muchas personas se fijaran en mí y tengo algunas propuestas de becas para estudiar en China”, revela.
Por lo pronto, sus energías están orientadas al inminente viaje, una experiencia que espera ansioso. El futuro, es lógico, aún no se ha pronunciado. “No puedo predecir lo que haré o pasará. Sólo sé que elegí un camino que me apasiona. Tal vez termine la carrera y vaya a China, tal vez vaya a directamente a China a seguir estudiando el idioma, pero sin dudas seguiré esforzándome por mis sueños, por darle a mí familia una vida mejor y por promover el entendimiento de ambas culturas, sea en Berisso o en Beijing”, concluye.
