Domingo 03 de agosto de 2025

Vivencias del viejo ‘Industrial’ berissense se dan cita en un libro

tristezas de la despedida

Nacido en La Plata, criado en Berisso y radicado en Mendoza, Ricardo Ríos repasa con emoción y orgullo las páginas de un ejemplar de su libro “Tristezas de la despedidaâ€, que extrajo de la caja recién abierta que la Editorial Imaginante le remitió en los últimos días. Huele a tinta fresca y los recuerdos cobran vida.

La obra, como se postula en la contratapa, constituye un nostálgico paseo por las vivencias de un grupo de estudiantes que cursó su secundaria en la ex-ENET Nº1 Ingeniero Emilio Rebuelto de Berisso entre los años 1973 y 1978.

Sin computadoras, ni celulares, ni tablets; sin internet ni Google, ni calculadoras ‘pudieron sobrevivir para llegar a la meta’, a base de esfuerzo, sacrificio y méritos personales y grupales, se lee también en la citada contratapa, en la que se ponderan valores como familia y amistad, considerándolos pilares de una formación diferente a la de los últimos años.

Ríos tiene hoy 65 años y vive en Mendoza desde hace 33. A los tres años de edad llegó a Berisso desde La Plata, su ciudad de nacimiento y cursó la primaria en el Instituto Justo Santa María de Oro. Del ‘Industrial’, apodo con que aún se denomina en ocasiones a la actual EEST 2, egresó como técnico electromecánico. Luego se formó como técnico superior en Higiene y Seguridad, carrera que coronó con una Licenciatura ya en Mendoza, en donde alternó la asesoría a empresas con la docencia.

tristezas de la despedida

La idea de llevar al papel anécdotas de aquellos años de secundaria, cuenta, surgió en 2007, en conversaciones con Gustavo Campagna, compañero y amigo al que hoy evoca con emoción, con quien cursó también la primaria.

“Nos recibimos 22 compañeros. Forjamos una amistad increíble en esos años. Calculá que las ‘horas’ eran de 45 minutos y cursábamos mañana y tarde: solamente un día teníamos un turno libre. Estábamos todo el día pendientes de la escuela. Eran otras épocasâ€, evoca.

En la lista de egresados que integró con Campagna aparecen también Roberto Casado (otro miembro del grupo que ya no está), Jorge Leipus, Oscar Puhl, Oscar Ballerini, ‘Keko’ Celadilla, Eduardo Piplica, Gustavo Hovakimian, Esteban Acuña, Roberto Carrión, Jorge Abbot, Marcelo Dángelo Santo, Daniel Kuharo, Hugo Droyeski, Pedro Capotosto, Raúl Antonelli, Guillermo Belloro, Gustavo Mincarelli, Eduardo Murdolo, Ãngel Silvi y Walter Bozeglav.

“Charlando, charlando, Gustavo me propuso que escriba. En ese momento hice una especie de introducción, pero ahí quedó. Tenía mucho trabajo. Fui escribiendo de a poco y en pandemia le di una manija importante, recopilando datos que me faltaban, aunque me acordaba del 95% de profesores, preceptores y otras personas que trabajaban en aquellos años en la escuelaâ€, menciona Ríos desde Mendoza.

La fase de escritura, edición y correcciones culminó el año pasado y el trabajo de impresión se concretó en las últimas semanas en Buenos Aires. Y si bien el libro ya está en los estantes de la librería Rayuela en Mendoza y también está disponible en formato e-book en la página web de la editorial, el sueño es presentarlo, tal vez en septiembre, en la sede de la propia Escuela, de pasillos tantas veces transitados por aquella generación.

tristezas de la despedida

“Quería dejar registro de nuestro paso por el Industrial. Son historias que tenían que escribirse. No sé si yo era el más indicado, pero salió. En estas páginas aparece gente queridísima, que fue fundamental para la formación de cientos de técnicos. No podía quedar sólo en anécdotas que con el tiempo se van diluyendoâ€, argumenta el autor.

Junto a la inevitable mirada nostálgica sobre aquellos años, en buena medida ‘los de oro’ para la generación que ya pisa los sesenta, aparece un legado, también explícito en la contratapa. Más allá del círculo que protagonizó esta historia, el mensaje para quienes se acercan curiosos desde otros ámbitos es el de “un canto a la amistad, con la esperanza de una mejor educación y una mejor juventud, para recuperar nuevamente aquellos valores en una sociedad que los necesitaâ€.

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