Con extrema precaución y casi rogando mantener su identidad en reserva, alguien pregunta si puede expresar a través del diario su queja por los ruidos molestos que genera la actividad de una iglesia evangélica instalada en 153 entre 9 y 10. En un nuevo y casi inmediato contacto pide que su queja no se publique. Corren los últimos días de octubre y nadie imagina que el caso derivará, avanzado noviembre, en un preocupante enfrentamiento entre vecinos y el referente del culto, sobre el que pesan acusaciones por hechos de violencia en perjuicio de varias personas, incluidos funcionarios públicos.
En los últimos días, la actividad de la iglesia “Auditorio Altar” y las acusaciones contra su máximo responsable, Juan José Osman, volvieron a quedar en el foco de la atención pública luego de que la situación volviera a ser puesta en conocimiento del intendente Cagliardi, esta vez a través de una nota formal con frondosa documentación complementaria.
La presentación, ingresada por mesa de entradas de la Comuna, lleva la firma el ex-senador provincial Jorge Drkos, a la vez locador del inmueble alquilado por Osman, quien informó que ya inició acciones legales para rescindir el respectivo contrato, mientras en paralelo y en el campo institucional, ultima detalles para elevar el caso a la Secretaría de Culto de la Nación.
Advierten los vecinos que el uso de instrumentos musicales y equipos de sonido a volúmenes excesivos por la iglesia en horarios inapropiados viene alterando profundamente la convivencia en el barrio desde los primeros meses de este año. Personal de Control Urbano labró numerosas actas de infracción sucesivas al constatar que los ruidos eran percibidos a más de 50 metros del local.
Dicha documentación, más registros fílmicos y copias de exposiciones policiales de varios vecinos forman parte de la causa 29/2025 que se tramita en el Juzgado de Faltas Número 1 a cargo de la Dra. María Azul Lamoglie, quien dictó un fallo actualmente apelado por el imputado.
Revela Drkos que la situación alcanzó un punto crítico el sábado 1º de noviembre, cuando se produjeron graves incidentes en inmediaciones del local. Los hechos fueron denunciados en la Comisaría Primera por personas agredidas física y verbalmente, entre ellas una sargento de la Jefatura Departamental de la policía y la entonces directora de Control Urbano, Gabriela Di Lorenzo.
Dichas declaraciones reflejan explícitas amenazas de muerte atribuidas a Osman y su hija, en términos como “A vos te voy a matar”, “Ya vas a ver negra de mierda, yo te conozco, te voy a matar, dame el celular” o “Ustedes no saben con quién se están metiendo, la van a pagar”.
En su denuncia, las mujeres exponen haber sido “arrastradas del cabello, golpeadas y arrojadas al suelo”. En otra declaración, un vecino asegura que hombres vestidos con mamelucos blancos de una reconocida empresa recorrieron el barrio en una clara actitud intimidatoria, golpeando puertas y preguntando en tono elevado “quiénes son los que se metieron con el pastor”.
Frente a la gravedad de las acusaciones, la agente fiscal a cargo de la UFIJ 17 del Departamento Judicial La Plata estableció semanas atrás una restricción perimetral para salvaguardar la seguridad de los denunciantes.
Mientras la causa judicial sigue por sus carriles, desde el vecindario se exige que las autoridades comunales tomen cartas en el asunto, teniendo en cuenta que el pasado domingo, sin ir más lejos, desde el local que ocupa la iglesia volvieron a escucharse ruidos que superan los volúmenes tolerables en lo que habitantes de la cuadra consideran “una clara muestra de impunidad y de no respetar las mínimas normas de convivencia”.
El objetivo es, además de que la situación cobre mayor visibilidad para poner coto a actitudes intimidatorias que señalan los vecinos, poder plantear el tema en una reunión con el Consejo Pastoral y el Director municipal de Culto. No se trata, aseguran, de una cuestión que tenga que ver credos o expresiones de fe, teniendo en cuenta que son casi cincuenta las iglesias evangélicas que desarrollan su actividad en el distrito, en completa armonía con la comunidad.