Para 2006 la situación era irreversible. La Clínica Mosconi había presentado quiebra y 50 trabajadores quedaban en la calle. Con incertidumbre, angustia y dolor se dio batalla legal y el 17 de abril el magistrado especialista en derecho cooperativo, Dr. Alberto Rezzónico, otorgaba la administración a los nuevos responsables que instituyeron como fecha de refundación la del 1º de junio.
Para entonces, había dos pacientes internados. En la urgencia fueron a comprar dos patamuslos, dos kilos de papas y dos litros de leche para poder alimentarlos. Comenzar no fue nada fácil. Los síndicos y el juzgado miraban atentos los pasos que daban. No había margen para el error. Llegaba el dinero para pagar lo justo. Según la facturación llegaba el resto. Para todo el plantel fue un proceso intenso de transformación.
“Los trabajadores se convertían en artífices de sus destinos”, describe Salvador Espósito, presidente de la “Cooperativa de Trabajo de la Salud Clínica Mosconi”, que funciona en calle 8 entre 157 y 158.
Los 50 nuevos ‘dueños’ buscaron un objetivo que los uniera: el crecimiento institucional. Para lograrlo cedieron más del 30% de su salario, que se volcó en inversión edilicia y en equipamiento, para asistir a su plantel médico de primera línea y a los pacientes que iban aumentando en número.
Distintos
El grupo creció en número y fue afianzándose; atravesó crisis y sorteó momentos que los hacían temer frente a un posible cierre. Los salarios se cobraban en cuotas o no se cobraban y las políticas sanitarias no iban de la mano con el derecho a la salud. Un empujón importante que permitió, por ejemplo, la compra del tomógrafo, les dio el Ministerio de Trabajo de la Nación a través de un área de fábricas recuperadas. Pero en el camino continuaban solos.
“Debíamos ser sustentables en el tiempo y no formar deuda. Nadie nos daba un crédito y había angustia entre los trabajadores. Había que remarla”, explica Espósito, detallando que el 90% de las empleadas/socias eran cabeza de hogar. “En estos diez años escribimos la primera página de la Cooperativa, pero es un proyecto que no tiene techo”, advierte también, subrayando que lo que ofrecen en materia de salud ‘no es mejor ni peor: es distinto’.
Más allá de los altibajos -condicionados por políticas macro y no por manejos internos de la organización- la Clínica fue creciendo y equipándose para poder abordar diferentes patologías. Un sinfín de obras se materializaron y otras como un nuevo piso para internación o camas pediátricas, esperan un mejor contexto para poder finalizarse.
Terapia Intensiva se equipó con tecnología de punta, cañería de oxígeno, camas y poliductos; se compraron equipos portátiles nuevos; se digitalizó el equipo de rayos un tubo del tomógrafo pudo reponerse, la cocina se equipó y los 110 trabajadores, cada uno en su turno, puede recibir desayuno merienda y cena.
Del mismo modo, se creó una sala de reuniones para capacitar al personal y una sala de máquinas. A estas obras se sumó el equipamiento del quirófano que ahora cuenta con dos mesas de anestesia, arco en C, la sala de partos renovada con un nuevo sillón para dar a luz, se compró una servocuna y una incubadora de terapia intensiva para el traslado en ambulancia.
No es todo: también se dotó a la institución de una farmacia y se la equipó con un móvil que permite el transporte del personal en caso de que, por razones específicas como paro en el servicio, no puedan llegar.
También se compraron ambulancias para el traslado de los pacientes a sus hogares y se proyecta la construcción de una sala pediátrica de internación para 20 camas cuya ejecución llegó al encadenado.
Hay grupo electrógeno para abastecer a todo el edificio y aire acondicionado que permite la calefacción o refrigeración del lugar (como referencia para entender el proceso hay que mencionar que cuando tomaron la responsabilidad de conducir los destinos de la organización había 3 y hoy hay 36).
La Clínica cuenta además con un servicio de guardia pediátrica que permite la atención de los más chiquitos de lunes a viernes de 8:00 a 20:00 y los sábados de 8:00 a 14:00. Además cuenta con guardias pasivas de tomografía y rayos.
Este año el contexto económico hizo que se suspenda la fiesta programada originalmente para celebrar la década de vida de la Cooperativa. Sin embargo los trabajadores levantarán sus copas festejando el haber emprendido el camino que les permitió trazar su propio rumbo. Por lo que viene… porque hubo situaciones difíciles que sortearon. Y por los sueños que aún faltan cumplir: un nuevo piso para duplicar el número de pacientes internados y un nuevo espacio para poder hospitalizar a los más chiquitos son algunos de ellos. Sin ayuda económica y valiéndose del aporte de las obras sociales -PAMI y IOMA fundamentalmente- los trabajadores continuarán transitando por un camino que los acerca a otra mirada de la salud, que porta como carnet la solidaridad.
Agradecidos
Haciendo alusión ‘a las buenas y a las malas’, Salvador Espósito, remarcó el apoyo de quienes se acercaron para apoyarlos o defenderlos en tiempos oscuros. Entre ellos nombró a los concejales, al intendente Nedela, al ex-juez Rezzónico y al conjunto de la comunidad, que deposita en el equipo de trabajo lo más preciado: su vida.
FELIZ CUMPLEEEEE PARA TODOS..!¡!¡:-) 🙂 🙂
Posted by Myriam Muñoz on Thursday, June 1, 2017
