Era 9 de julio de 2007 y, como hoy, se celebraba la última jornada de la Fiesta del Vino de la Costa. La ciudad se transformaba en una postal blanca.
La crónica de aquel 9 de julio hablaba de un fenómeno que se registraba luego de 89 años, ya que el anterior registro de una nevada en la región era el del 22 de junio de 1918, cuando las retinas de los berissenses habían registrado atónitas cómo los copos caían sobre las casas, por entonces, de chapa y madera, para que algunos pudieran recrear una postal de sus países de origen.
Como antaño, publicábamos en 2007, grandes y chicos salían a la calle, desafiando las bajas temperaturas “para hacerse dueños de los copos, tomar fotos o filmar el histórico hecho de monumentos que se desdibujaban bajo el velo blanco, de atmósferas plagadas de puntos blancos, de lugares comunes metamorfoseados por el inusual clima”.
Según explicaban desde el Servicio Meteorológico Nacional, el sábado 7 a través de la cordillera había ingresado una ola polar que llegó hasta la región, enfriando los niveles medios de la atmósfera. Eso promovió la conformación de copos a 2000 o 3000 metros de altura que, por las bajas temperaturas de la superficie, llegaron al suelo sin fundirse. En la región, comenzó a advertirse la caída pasado el mediodía y se intensificó en horas de la tarde, hora en que el ingenio salió a relucir, recreando juegos típicos -como arrojar bolas de nieve o construir muñecos- de las zonas australes. Tras un breve intervalo, la nieve cayó durante la noche también y se prolongó hasta llegar la madrugada. Y el fenómeno fue registrado por las fotos de Sebastián Casali, que nos permiten revivir el momento.
