En las últimas semanas, en varias zonas de la ciudad, cuadrillas de trabajadores al servicio de empresas que brindan el servicio de conexión e Internet por fibra óptica y el de televisión por cable, avanzaron compulsivamente en la extensión del cableado aéreo y la colocación de nuevos postes que le sirvan de soporte.
Las acciones generaron sorpresa y dispararon interrogantes entre algunos vecinos, tal el caso de Oscar Sosa, referente del partido vecinalista Confluencia que se desempeñó como director de Control Urbano en un tramo de la gestión Slezack.
Para Sosa, las empresas avanzan sin control ni regulación, lo que resulta un ‘atropello’ a los derechos de los berissenses. En tal sentido, el dirigente recuerda que le tocó, mientras estaba al frente del área de Control Urbano, detener un ‘intento de avanzada’ de esas características.
“A principios de 2015, yo venía insistiendo ante Concejo y otras esferas con que había que revisar las condiciones en que trabajaba Fibertel. Por esos días, me convocan una tarde en 161 y 15, en donde estaban poniendo palos sin autorización. Me dijeron que estaban cambiando cables de Cablevisión por otros cables mejores, pero me mintieron. Estuvimos incluso a punto de secuestrar todo, porque se trataba de acciones tercerizadas y encontrábamos que no estaban en regla”, recuerda.
Enseguida, expone que cuando una empresa se dispone a realizar trabajos como los descriptos, tiene que presentar un plano en el que figure si el tendido va a ser subterráneo o aéreo y si se trata de este último caso, anticipar cómo va a poner los palos.
Volviendo al episodio citado, Sosa menciona que un día después de detenidas las acciones, concurrieron al Municipio el ingeniero responsable de los trabajos, gerentes de la empresa Cablevisión-Fibertel y su abogada.
“Exigimos que se nos brinde información para saber qué iban a hacer, pero después de esa reunión no supimos mucho más”, expone, advirtiendo que una embestida similar se registró a finales de 2015, en este caso encontrándose con los límites impuestos por quien entonces ocupaba la jefatura de Control Urbano, Horacio Pomi.
“Pocos días después de asumido el intendente Nedela, reaparecieron como enloquecidas las camionetas. Yo llamé al intendente para manifestarle mi enojo, porque entendía que las empresas aprovechaban la transición y que recién se producía el cambio de gobierno, para avanzar en sus planes”, establece Sosa, citando que a partir de entonces, el Ejecutivo está al tanto de la situación.
“No hay mucha claridad acerca del asunto. Los concejales no tienen muchas precisiones y yo sólo pude plantear esta inquietud ante el secretario de Gobierno, José Méndez, quien me dio una respuesta que me pareció un poco pobre”, consigna el dirigente.
Desprolijo
“No estamos en contra de nada, pero como partido vecinalista estamos a favor de que las cosas se hagan mas o menos prolijas. Nos parece necesario que la comunidad se inquiete un poco, porque es un poco en defensa propia”, manifiesta Sosa.
El referente de Confluencia advierte que el avance en el cableado fue vertiginoso y completamente desprolijo. “No ponen la palmera en la línea de edificación, sino sobre el cordón de la vereda. Prácticamente se crea una valla de palos en las veredas. Cuando fui a buscar legislación, no encontré mucho”, explica.
Lo ideal, advierte, es que el Concejo debata una Ordenanza que fije condiciones claras para la actividad de las empresas que brindan este tipo de servicio.
Las observaciones alcanzan tanto a Cablevisión-Fibertel como a la empresa Berisso Conectado. En relación a esta última empresa, Sosa explica que si bien desde la anterior gestión comunal se habló públicamente de un acuerdo que beneficiaba a la Comuna, nunca pudo acceder a documentación que aclarara cuáles eran las condiciones de dicho acuerdo.
“La empresa no está autorizada a ‘tirar cable’. Yo me encuentro con versiones, pero como el resto de los vecinos, necesito que alguien explique puntualmente qué clase de autorización se brinda. Según se dice, Planeamiento habría otorgado permiso en la gestión pasada para que la empresa funcione, luego de la presentación de un esbozo de plano”, dice Sosa.
Las dudas se disiparían, sostiene, si el Concejo discutiera una Ordenanza que permitiera efectuar un control preciso sobre la expansión de este tipo de servicios.
“No estamos de ningún modo en contra de la actividad. La tecnología nos trae muchos beneficios y también es buena la competencia entre dos empresas, siempre y cuando se ajustaran a la conveniencia del vecino”, puntualiza Sosa, poniendo el acento en que, por ejemplo, el cableado no debería ‘colgarse de las luminarias’ como se advierte en algunos casos.
La normativa, considera, debería fijar el criterio para el cobro del cánon que pagan las empresas (hoy es el 7,5% de la facturación anual). También debería establecer con claridad cómo debería realizarse el tendido de cables.
“Si nos basamos en que Cablevisión tiene de siete mil a nueve mil abonados, estamos hablando que el cánon permitiría la compra de un camión de basura para el Municipio cada dos meses. Merecemos saber de que forma y cuánto se paga, cuando escuchamos que no se puede comprar un metro de cemento”, precisa el referente de Confluencia.
A la vez, desliza una crítica al gobierno comunal de Cambiemos. “Finalmente no son tan prolijos como decían que iban a ser. Hablaban de cuentas claras y todavía me deben una respuesta acerca de la auditoría que iban a encarar para analizar el desempeño de la gestión saliente”, consigna.
