INSTITUCIONES

El presente de Villa San Carlos desde la mirada de su presidente

15:02hs
domingo 12 de noviembre, 2017


Alejo Colombo sostiene que, más allá de las ocasionales malas rachas deportivas, el club goza de una estructura sólida, que garantiza el cumplimiento de nuevos objetivos.


Con casi una década en la presidencia de Villa San Carlos, Alejo Colombo siente que en los últimos años la entidad de Montevideo y 25 se ganó un nuevo espacio dentro del fútbol de AFA. Pero pone particularmente el acento en el momento institucional que atraviesa la entidad, asegurando que, por logros y obras, se trata del mejor momento en su historia.

El dirigente reconoce que el presente futbolístico no es de lo mejor, pero como contrapartida, asegura que el Club ‘está muy bien y que hubo un cambio ostensible desde el año 2009, en el que el equipo de primera del fútbol villero logró ascender a la Primera B Metropolitana. “Tenemos ahora más de 1.200 chicos en la sede social, con miras a seguir creciendo, tanto que ya nos queda chica la sede para la gran cantidad de gente de concurre”, sostiene.

Para el mandamás del Celeste ‘una cosa lleva a la otra’, por lo que los éxitos deportivos impulsaron el crecimiento institucional. “Cuando llegué en 2008 había 86 socios y hoy son casi 3 mil. Los resultados te obligan a crecer y el paso de ser un equipo amateur a uno profesional te lleva necesariamente a manejarte de otra forma”, explica.

El repaso por los logros de los últimos años, naturalmente, incluye el título 2009, con ascenso de la C a la B Metropolitana, y el pase de la B Metropolitana a la B Nacional, en 2013. Claro que el descenso a la Metro todavía parece un golpe del que la institución no se logra recuperar plenamente.

“Cuando volvimos a la B Metropolitana, enfrentamos un torneo de transición por el Mundial que se jugaba en Brasil y fue bueno, con Zucarelli. A partir de ahí nunca más se volvió a mejorar, pero estoy seguro de que el problema es solo futbolístico”, define el dirigente.

Presupuestos realistas

Colombo hace hincapié en el orden y la disciplina de la Comisión Directiva a la hora de diseñar los presupuestos y asegura que el orden tiene buenas consecuencias. “Nunca nos atrasamos en sueldos ni tuvimos un juicio laboral en 10 años de profesionales. Solo tuvimos inconvenientes cuando AFA dejó de pagar el año pasado. Pero por el manejo de su presupuesto, el Club siempre fue ejemplo de la categoría”, indica.

A la hora de ahondar en detalles, observa que con los sponsor y el dinero de los derechos de televisación se pueden cubrir los gastos. “Aunque cuesta mucho lograrlo, el dinero está siempre, porque armamos presupuestos realistas tanto que después de la crisis que tuvo la AFA,  el año pasado, uno de los clubes que salió bien parado fue la Villa, que jamás le debió ni un peso a la AFA”, sentencia.

De una charla con Vivaldo, previa a su contratación como nuevo DT del equipo de primera, rescata una opinión que lo deja tranquilo. “Cuando hablamos, me dijo que veía a San Carlos muy bien estructurado”, sostiene, remitiéndose a la experiencia del técnico en el fútbol del ascenso. “Utilizamos un lugar de entrenamiento en La Plata que es de primer nivel, tenemos jugadores interesantes que están al día, cuerpos técnicos también al día y no hay deuda con los empleados”, remarca, insistiendo en que tal vez por eso ‘da mucha  bronca’ que los resultados futbolísticos no sean los que todo el mundo celeste espera.

Colombo sigue pensando que, más allá de la experiencia en la B Nacional, el paso institucional más duro fue el que se dio al pasar de la C a la B Metropolitana. “Hasta ahí el club era totalmente amateur, como una entidad de la Liga Platense, con 50 años sin hacer prácticamente ninguna obra y jugadores que no cobraban ni un peso. El paso a una estructura profesional hizo necesario comenzar a firmar contratos y tener la obligación de pagarlos mes a  mes, por lo que el área administrativa pasó a tener mucha actividad”, señala, advirtiendo que el ascenso al Nacional ya encontró a San Carlos con un estadio reformado y con grandes progresos en el manejo de diferentes instancias administrativas.

Obras son amores

Colombo señala también que parecen haber quedado lejísimos los tiempos en los que, recién asumida, la actual conducción del club cargaba con preocupaciones como la falta de escrituración del predio en el que está su cancha. “Pudimos solucionar eso y después agregamos el predio de la calle 24 para el fútbol infantil”, explica.

Para fin de año, asegura, el fútbol infantil se trasladará definitivamente al citado predio. “Ahí contamos con una obra bárbara, con tres canchas de siete y vestuarios con todos los servicios. Por otro lado, también mejoramos las condiciones para los juveniles, ya que se firmó un convenio con los conductores de  colectivos de la línea 202 que tienen un predio en Los Talas y creo no equivocarme si digo que para 2018 estaremos jugando ahí”, comenta, refiriéndose también a novedades para los chicos más grandes.

La enumeración de obras incluye los progresos edilicios del Genacio Sálice. Al respecto, repasa que en diez años de gestión el estadio ‘se hizo prácticamente a nuevo’ y revela que ahora está proyectado demoler un viejo paredón de 150 metros y aprovechar que el futbol infantil se va a la calle 24 para hacer una cancha de piso sintético y un buffet”.

Un esfuerzo del que también participa la masa de socios, cuyo crecimiento es el presidente de Villa San Carlos para motivo de orgullo. “La gente debe saber que la cuota societaria es importante, más allá de que los gastos grandes se cubran con el sponsoreo en la estática y la indumentaria y con los derechos televisivos. Pero la plata de la masa societaria se utiliza para cubrir los gastos corrientes de impuestos y servicios del club”, describe.

Más allá de los vaivenes del fútbol

En el ámbito de las instituciones con fútbol profesional se sabe que cuando el fútbol anda bien, ‘todo anda bien’, pero que cuando sucede lo contrario, el resto de las disciplinas que se practiquen puede verse resentido.

Para Colombo, los años de éxitos en el campo del fútbol profesional ayudaron a que creciera el básquet, hoy en un buen nivel semi-profesional, y disciplinas como Aerodance, Patín, Boxeo, Judo y Karate. “Claro que esas otras actividades juntas no generan ni el 50 por ciento de movimiento que genera el futbol”, observa.

El abanico de opciones en la sede de Montevideo y 25, expresa luego, está cimentado sobre bases sólidas “con una estructura fuerte y a salvo del cimbronazo que podría traer algún mal resultado deportivo del fútbol profesional”.

Lo que sí preocupa es la merma en el volumen de público que se acerca a ver los partidos que la Villa juega como local en el Genacio Sálice. En este punto, considera que pesan las malas campañas pero también las garantías que se den en cuanto a seguridad. “La gente tiene miedo. Vos dejás el auto en los alrededores del estadio y no sabes cómo lo vas a encontrar a la salida”, plantea.

En tal sentido, identifica que en los últimos años, dos hechos puntuales de violencia alejaron a la familia de la Villa de la cancha, que antes decía presente en buen número. Al tema seguridad, agrega el económico, citando que una entrada general cuesta hoy 200 pesos.

“Creo que alguna gente todavía no cayó en que dejamos de ser un club barrial y que, al ser una entidad profesional, no podemos darnos el lujo de no cobrar entrada”, explica.

Volviendo al ítem seguridad, califica como bueno el trabajo de la policía y la APreViDe. “Hicieron un correcto trabajo para espantar a aquellos que querían hacer un negocio con el futbol”, indica, refiriéndose luego a una experiencia que vivió en primera persona cuando la Villa ascendió a la B Nacional. “Yo les dije a los hinchas definidos como barras del club que se olviden si querían vivir del club, que para eso tenían que ir a trabajar”, señala.

Dimensionar el crecimiento

Desde la óptica del dirigente villero, los logros del club no fueron dimensionados en su justa medida, tanto entre la gente como entre quienes administraban el municipio cuando esos logros se daban. “No lo vieron o no lo supieron ver. Nos toco jugar el que quizás fue el más profesional y exigente torneo del Nacional B,  con la presencia de Independiente, Banfield y Huracán, y equipos como Defensa y Justicia, Unión de Santa Fe, Patronato, Talleres de Córdoba, Atlético Tucumán o San Martin de San Juan, todos equipos que hoy están en primera”, recuerda, considerando que mientras gobernaciones o municipios acompañan a sus equipos, en Berisso no se pudo contar con ese acompañamiento. “En nuestro distrito no existió ese apoyo y era el momento para aprovechar el logro de San Carlos para tener una gran vidriera de lo que puede ofrecer Berisso en comercio, industria o turismo. Pero no se aprovechó”, se lamenta.

En el mismo sentido, advierte que de 2009 para acá, mucha gente conoció Berisso por la Villa. “Muchos al principio decían ‘el equipo platense’, o hablaban de ‘viajar a La Plata para jugar con la Villa’. Pero ahora identifican bien a la ciudad gracias a nuestro club”, asevera.

De todas formas, entiende que el proceso de identificación de la ciudad con el club es naturalmente lento. “Gracias a los logros en estos años, la gente puede lograr ese sentimiento. Incluso en nuestra generación somos de Villa San Carlos, pero también de Estudiantes, Gimnasia, Boca o River. Recién los mas chiquitos, de siete u ocho años se ponen la camiseta de la Villa como único equipo”, explica. “Algún día la gente de nuestra ciudad se dará cuenta que la Villa  jugó oficialmente contra Independiente, en un mismo torneo. Creo que le pasaron cosas que nunca antes se había ni siquiera atrevido a soñar. El techo máximo de aspiración era llegar a la B Metropolitana y eso lo superamos llegando a la B Nacional”, repasa.

Una anécdota que es más que eso

El presidente de la Villa recuerda que de los cuatro títulos que logró el Club, uno lo ganó en la vieja cancha de Independiente contra Acassuso, otro en la cancha de Gimnasia y uno en Estudiantes. El único que logró en Berisso fue el ascenso a la B Nacional de 2013. Atrás de eso, hay una historia.

Según relata Colombo, recibió ofertas para jugar aquel último partido ante Barracas Central en cancha de Gimnasia, teniendo en cuenta que la recaudación podía marcar una interesante diferencia. “Sin embargo, decidimos priorizar la parte deportiva y jugar en Berisso. Solo contemplábamos esa chance si le hubiéramos ganado a Chacarita en San Martín en la anteúltima fecha, pero fue ese famoso partido donde a la Villa le anularon mal un gol sobre la hora. Si hubiéramos sido campeones ahí, el último partido podríamos haberlo jugado en Gimnasia para obtener mejor recaudación. Pero como debíamos ganar ante Barracas Central para asegurarnos el ascenso, decidimos jugar en el Genacio Sálice”, narra.

Ese día entraron al estadio 4 mil personas. Teniendo en cuenta que ante Cambaceres en Gimnasia (cuando Villa San Carlos ascendió a la Primera B Metropolitana) habían ido casi 15 mil personas, no fue una decisión que se tomó con el bolsillo. Mandó la razón, y el corazón.






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