Macarena esperaba a sus hijos en su casa de calle 156 entre 29 y 30. Su marido dormía y el reloj marcaba la medianoche cuando sintió que tocaban a la puerta. Pensando que eran sus chicos que volvían de casa de unos amigos no dudó en abrir. Sin embargo, nadie entraba. Se asomó por la ventana y cuando divisó a tres extraños, intentó evitar lo inevitable. Los ladrones entraron muñidos con machetes y cuchillos. Comenzaron a golpearla exigiéndole dinero. Les dijo que no tenía, que era fin de mes. Mientras la tomaban del cabello y la arrastraban hacia el baño su marido, alertado, fue reducido también. Una cuchillada pegó contra el portacepillo de dientes. Logró incorporarse y cuando el cuchillo llegó a 10 centímetros de su abdomen, su perro Dalton, de raza pitbull intercedió mordiendo al agresor en la mano. La defensa alertó a los ladrones que huyeron llevándose un microondas. Uno escapó hacia la derecha, otros dos corrieron con el electrodoméstico hacia la izquierda. Dalton los alcanzó y después de morderle el muslo a uno, logró que se desprendiera del botín. La mascota, de 3 años, creció con la familia desde los 45 días. Su dueña Macarena, lo llama “hijo”. Y la defendió como a una madre, evitando que robaran a la familia.
