El domingo 28 de octubre a partir de las 15:00 se realizará la primer barrileteada nacional pidiendo la reglamentación de la Ley 27.043, vinculada con el Trastorno del Espectro Autista (TEA), sancionada hace 4 años.
Berisso se sumará a la iniciativa con la intención de dar a conocer diferentes aspectos que hacen al citado trastorno, como la necesidad de trabajar por su detección temprana.
El encuentro contará con el apoyo de diferentes sectores y apuntará a sembrar conciencia a partir del creciente número de casos de TEA detectados y poder concientizar sobre la detección temprana. Según se demostró, cuanto antes se diagnostique el problema, mejor será el pronóstico.
La Ley 27.043 fue sancionada en noviembre de 2014 y desde entonces sigue sin reglamentarse. “Es preciso acelerar las reuniones para dicha reglamentación; de lo contrario, los amparos judiciales se presentarán para poder dar cumplimiento. Creemos además que es necesario que una comisión de padres de criaturas con TEA se siente junto a los legisladores. Nadie mejor que ellos para asesorar, aconsejar y opinar sobre situaciones relacionadas con lo cotidiano de esta realidad”, explicaron responsables nacionales de la convocatoria.
El trastorno del espectro autista, más conocido por su sigla TEA, es una alteración que comienza muy temprano en la infancia y que se caracteriza por afectar las habilidades comunicativas, la esfera de intereses y actividades y el comportamiento.
Contrariamente a lo que a veces marcan las creencias populares, el trastorno no es una alteración homogénea sino que sus síntomas varían de un niño a otro.
Según la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales publicada recientemente por la Asociación Americana de Psiquiatría existen tres niveles básicos de funcionamiento del trastorno del espectro autista: grado uno o leve de autismo en el que el niño puede llevar una vida normal, grado 2 o moderado en el que el niño tiene dificultades para integrarse en su entorno y el grado 3 o grave en el que el pequeño presenta serios problemas para comunicarse y desarrollar su vida cotidiana.
No obstante, aunque en cada uno de estos niveles la intensidad y la expresión de los síntomas varían, la mayoría de los niños que sufren un trastorno del espectro autista muestran signos y comportamientos muy similares que pueden convertirse en una señal de alarma para sus padres.
