En los últimos días se informó oficialmente que la cantidad de llamados intimidatorios a escuelas disminuyó en forma considerable. De todos modos, en lo que va del año fueron más de 500 las amenazas que afectaron el normal dictado de clases en escuelas del distrito.
Si bien el dato de la merma es sumamente alentador, el recuerdo fresco de chicos evacuados y de móviles policiales en la puerta de las escuelas hace que la guardia de las autoridades continúe arriba.
“Notamos que las amenazas mermaron pero yo que vivo frente a un jardín no me puedo olvidar tan rápidamente de la cantidad de veces que vi a los niños sentados en la vereda”, relató una mamá, confesando que en un momento barajó la posibilidad de cambiar a sus hijos de escuela por las sucesivas amenazas. “Por más que se logre normalizar la situación, los días de clases perdidos son irrecuperables”, consignó también.
Consultado acerca de la situación, el Subsecretario municipal de Seguridad, Hugo Dagorret, reveló que en la última semana el número de llamados intimidatorios a escuelas de la ciudad ‘bajó drásticamente’ registrándose hasta mitad de la semana que pasó una sola amenaza a la ES 8.
Cabe recordar que a las amenazas que en principio afectaron a establecimientos educativos se sumó también la intimidación que sufrió el Hospital local, detrás del que estuvo una menor de apenas 7 años, quien se cree sería la autora de varios llamados.
Consultado acerca de cuáles fueron las claves para lograr reducir la cantidad de llamadas intimidatorias, Dagorret expuso que seguramente mucho tuvieron que ver las recomendaciones de la Justicia, que apuntaron a “flexibilizar el protocolo” y “evitar evacuaciones injustificadas que lo que hacen es exponer a los chicos a más riesgos que si se mantuvieran en el patio de la escuela”.
Estas sugerencias contemplan la necesidad de contar con presencia policial en las inmediaciones de los establecimientos educativos más afectados por las amenazas y delegar en los expertos en explosivos la potestad de sugerir a los directores de las escuelas la evacuación o no del edificio.
Otra de las decisiones que habrían servido para bajar la cantidad de amenazas, continuó Dagorret, fue la de “unificar todas las causas y dejarlas en mano del fiscal Juan Cruz Condomi Alcorta”.
El procedimiento
¿Cuál es el procedimiento que se sigue cada vez que se recibe una llamada intimidatoria en el 911? Desde allí se da aviso inmediatamente a la Dirección de Explosivos y se hace presente en el lugar un móvil con dos peritos en explosivos y con un camión especial que cuenta con un contenedor preparado para trasladar artefactos explosivos. En forma conjunta, se debe presentar en el lugar amenazado personal policial de la comisaría más cercana.
Acto seguido, los especialistas en explosivos junto con el personal policial y una autoridad del lugar debe proceder a la evacuación, siendo ésta última quien autorice la inspección ocular interna del establecimiento. Por último, antes de que los evacuados puedan ingresar al lugar (y luego de cumplir una hora fuera) se labra un acta en presencia de un testigo que pertenezca a la institución.
Últimos allanamientos
Otra de las causas que Dagorret mencionó como ‘clave’ para el cese de la prolongada seguidilla de amenazas de bomba es la asociada con los últimos registros que tuvieron lugar en la ciudad la semana pasada en la que se logró identificar a dos autores de llamadas intimidatorias. El primero de ellos, de 15 años, fue identificado en su domicilio de calle 162 entre 25 y 26 mientras que el segundo, de 19 años, resultó detenido por ser el autor de 19 llamados intimidatorios.
