El comienzo de semana trajo al mundo villero una dura y dolorosa noticia: la del fallecimiento de Carlos Gorostieta, el reconocido ex-DT del equipo celeste que logró el ascenso de la Primera D a la C en 2002 al quedarse con un torneo Reducido.
Pero Gorostieta no sólo será recordado por eso. Fue un hombre que llevó adelante en su relación con la Villa un trabajo formativo muy importante, dejando un profundo legado de amistad, compromiso y caballerosidad, a la vez que una pérdida que se vio reflejada estos días en las innumerables muestras de dolor de jugadores, dirigentes e hinchas.
Como futbolista, Gorostieta llegó a integrar la reserva de Estudiantes de La Plata a fines de los ‘60, donde compartió equipo con Juan Ramón Verón, Carlos Pachamé y el ‘Bocha’ Flores, entre otros.
El vínculo con San Carlos nació en 1998, cuando llegó como ayudante de campo de Carlos Pérez. Alejado Pérez de su rol de técnico, se registró un breve interinato de Marcelo Malli y pronto tomaron las riendas del equipo Julián Camino y Rubén Agüero, quienes le pidieron que se haga cargo de la reserva.
Con el alejamiento, primero de Agüero y luego de Camino (que pasó a ser técnico de Temperley), le tocó el turno de hacerse cargo del equipo y ya la relación afectiva con Villa San Carlos se volvió recíproca.
Nacido en Arana pero radicado en Los Hornos, Goristieta dejó su huella en toda la región. Prueba de ello es que el predio del club Capital Chica lleva su nombre ya que ayudó en la década del ‘80 a formar el futbol infantil de esa entidad hornense.
