POLÍTICA

Leandro Khidir, Director de Ingresos Públicos

Camino a un cambio en la cultura tributaria

10:15hs
domingo 20 de octubre, 2019



No se trata de un rol demasiado ‘amigable’. Lo sabía cuando aceptó incorporarse al gabinete municipal por invitación del intendente Jorge Nedela y lo confirmó en los últimos meses, en los que el contexto recesivo golpeó duro el bolsillo de los contribuyentes.

“Es una función muy compleja”, señala el Director comunal de Ingresos Públicos, Leandro Khidir. “La gente tiene que establecer prioridades y deja para el final pagos por los que no le van a cortar un suministro o darle de baja a un servicio”, plantea, consciente de que, así como difícil, su función es vital para que la Municipalidad cuente con recursos que le permitan atender una infinidad de necesidades en diversos campos, comenzando por cubrir su operatividad elemental.

Los fondos con que hoy cuenta la Comuna pueden dividirse, grosso modo, en un 70% que recibe en concepto de coparticipación y en un 30% que corresponde a recaudación propia. Del total, un 80% está afectado al pago de salarios.

Siendo un distrito que no precisamente nada en la abundancia, mejorar la tasa de cobrabilidad y desarrollar una política tributaria lógica y eficiente representó para Khidir un verdadero desafío. Detrás de esos objetivos, apeló a algunas herramientas que, conforme a lo que hoy evalúa, dieron buenos frutos.

Sin datos elementales

“En 2016 no contábamos con una base de datos; ni siquiera sabíamos cuántos comercios funcionaban en Berisso”, plantea el Director comunal para referirse al censo tributario que se realizó en el primer tramo de la gestión.

El censo apuntó a ensanchar la base de contribuyentes, regularizando la situación de quienes por diversas circunstancias no cumplían con el pago de sus tributos o pagaban por debajo de lo que correspondía.

Como dato concreto, el trabajo puso de relieve que ochocientos comercios (de un total aproximado de 2 mil) no contaban con habilitación, aunque seiscientos de ellos cumplían con las condiciones para avanzar en el trámite.

Fue así que se consiguió regularizar la situación de la mayoría, iniciándose los correspondientes expedientes, que luego fueron girados de Ingresos Públicos a Control Urbano. “En algunos casos también fue necesaria la intervención de Planeamiento, ya que algunos locales no tenían en condiciones los planos para poder habilitar. Eso también se contempló y dio lugar a otra moratoria puntual”, señala Khidir.

Otro punto a mejorar era, en el caso de muchas de las empresas más grandes radicadas en el distrito, el desfasaje entre lo que venían tributando y lo que debían tributar. “Se trata de contribuyentes que pagan por facturación. En varios casos pagaban los mínimos, de modo que nos pusimos en contacto, requerimos libros contables y trabajamos en su regularización. Algunas empresas pagan tal vez mil pesos por bimestre cuando debían pagar ocho mil o más. Para Ingresos Brutos declaraban algo, pero a nosotros la mitad. Es una costumbre arraigada, una conducta cultural que es necesario modificar”, advierte el Director comunal, indicando que ante irregularidades contables, AFIP puede trabar embargos y ARBA avanzar en retenciones de cuentas, mientras que una Comuna carece de herramientas de control más efectivas.

La tasa ‘se da vuelta’

Cuadro comparativo que marca la evolución en el cobro de ABL, TISH y otras tasas

El foco del equipo coordinado por Khidir estuvo puesto inicialmente en regularizar la situación de los contribuyentes de la TISH (Tasa por Inspección de Seguridad e Higiene), dejando para una segunda fase el trabajo orientado al eslabón más débil, el del contribuyente común de la TSGU (Tasa por Servicios Generales Urbanos).

El plan dio resultado, teniendo en cuenta que de 2016 a 2017 se produjo un cambio en la ecuación recaudatoria. “Se dio vuelta”, certifica Khidir, planteando que en 2016 la tasa que aportaba la mayor cantidad de recursos era la de Servicios Generales Urbanos, situación que se revirtió de 2017 en adelante. En concreto, la recaudación en concepto de TISH saltó en ese período de 36 a 81 millones de pesos.

Recaudación 
2016 2017 2018
ABL $ 63.503.965,00 $ 72.651.554,00 $ 78.336.077,00
TISH $ 36.899.928,00 $ 81.298.788,00 $ 101.904.918,00
Resto $ 29.530.562,00 $ 50.022.217,00 $ 67.027.334,86

“La presencia del Municipio en la calle fue fundamental. Esa presencia hay que sostenerla, no hay que relajarse”, evalúa el funcionario, antes de hacer referencia al ‘emprolijamiento’ en otros campos, como por ejemplo el que hace a las diez antenas de empresas de telefonía celular instaladas actualmente en el distrito. Tras inspecciones y tareas de regularización encaradas en 2016, se consiguió que el ‘no pago’ se transforme en un religioso pago trimestral. “Había en algún caso deudas de cinco años. Hoy estamos al día y en algunos casos se efectúan pagos por adelantado”, refiere Khidir, indicando a la vez que en algunos casos, como en el de la ocupación del espacio aéreo con tendido de cable, a veces las jurisdicciones están menos claras, lo que hace necesario dirimir conflictos en terreno judicial.

Polo Petroquímico, Puerto, Polígono

En 2017, la Comuna consiguió regularizar la situación de “Y-Tec”, empresa con sede a la vera de la Avenida del Petróleo. Ya con la correspondiente habilitación municipal, la firma tributa un monto cercano al que aportan diez comercios grandes.

La empresa YPF sigue siendo el mayor contribuyente del distrito. Sus pagos de tasas representan casi un 40% de la recaudación propia total de la Municipalidad. “En Berisso tenemos más bien oficinas. El área de ventas y la parte productiva de YPF está del lado de Ensenada. En ese caso se paga por facturación, lo que obviamente representa tributos notablemente más importantes, que en este caso percibe la Municipalidad de Ensenada. Las posibilidades de Berisso claramente serían otras si pagaran sus tasas empresas de esa envergadura”, explica Khidir.

El Puerto La Plata tampoco tributa del lado de Berisso, al estar alcanzado por un  régimen provincial especial. Por el momento tampoco se pudo avanzar en ‘zonas grises’ en lo que hace al régimen en el que debe encuadrarse la actividad de la terminal TecPlata.

El caso de las empresas radicadas en el Polígono Industrial también requiere de una tarea específica. “Calculamos que un 50% de las empresas no pagan Seguridad e Higiene. Hubo un régimen de exenciones en tiempos en los que las firmas iniciaron su actividad, pero ya está largamente vencido”, precisa el titular de Ingresos Públicos. “Entendemos que por su nivel de facturación, muchas de estas empresas podrían contribuir sin problemas con el distrito. Estamos encarando con fiscalización un trabajo importante, para tratar de ingresar y efectuar las correspondientes notificaciones”, añade.

Yo contribuyo

En lo que hace a contribuyentes de TSGU, en 2017 se lanzó un plan de pagos, para que vecinos con deudas pudieran ponerse al día sin ver demasiado resentidas sus finanzas. Inicialmente la idea era no volver a utilizar la herramienta, pero dado el contexto económico, este año también se ofreció el beneficio, incluyendo deudas hasta el último 31 de julio. El plan puede suscribirse hasta fines de octubre y contempla por pago al contado un 90% de descuento en intereses, que es del 70% en los casos en que la deuda se cancele en tres y hasta dieciocho cuotas.

“El objetivo de la campaña ‘Yo contribuyo con Berisso’ es tratar de ir otorgando más beneficios a quienes cumplen. En ese marco, se sortearon televisores entre contribuyentes al día y buscamos mejorar los descuentos que se otorgan a quienes pagan en forma anticipada”, señala.

La evolución en el índice de cobrabilidad, detalla, es favorable si se toma a la gestión en sus cuatro años, más allá de que hubo una pequeña merma a partir de la crisis que se acentuó este año. “Iniciamos nuestra tarea con una cobrabilidad del 38% en lo que hace a TSGU. El año pasado llegamos a estar en el 54% y hoy, en un contexto económico muy desfavorable, bajamos al 50%”, expone, reconociendo que si bien no es un porcentaje óptimo, ni parecido al de La Plata, que exhibe entre un 60 y un 65% de cobrabilidad, es un porcentaje que va en camino de afianzarse y crecer, de sostenerse el trabajo encarado.

En tal sentido, consigna que además de económico, el desafío es ‘cultural’. “Todos tenemos que tener claro que la obligación es pagar, para que Berisso tenga más recursos”, sostiene, reparando en que esos recursos luego permitirán avanzar en obras o mejorar servicios.

De todos modos, es partidario de no pasar por alto, a la hora de exigir, la capacidad contributiva de cada uno. “Es importante tener en cuenta que un emprendimiento grande, con buena facturación, puede afrontar sus pagos con mayor holgura que uno pequeño”, asevera. La exigencia prioritaria, afirma en consecuencia, debe estar dirigida a emprendimientos no inscriptos o que evaden ocultando su facturación.

Materia pendiente

Un campo en el que todavía no se avanzó demasiado, expone Khidir, es el de la mejora en la articulación Provincia – municipios, en términos tributarios. “Algunos logros hubo. En lo que hace a Ingresos Brutos ya hay un convenio multilateral, pero todavía no lo tenemos a nivel tasas municipales. Habría que avanzar en un convenio intermunicipal en este caso”, describe.

Otro objetivo que es materia pendiente, menciona, es el de avanzar con un proyecto (hoy en trámite en el Tribunal de Cuentas) para que se reclame a los morosos sólo los últimos cinco años de deuda. Actualmente, el reclamo de pago abarca deudas de diez años de antigüedad.

 






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