Por Oscar Alcoba (*)
Berisso cumple este miércoles 149 años. Su rica historia es orgullo de todos sus habitantes y al recorrer la cronología de los hechos nos encontramos con que don Juan Berisso, a los 18 años, ya tenía una ‘chanchería’ en la calle Defensa (se había embarcado para Buenos Aires con solo 15 años y una moneda de plata española desde su Génova natal).
La epidemia de la fiebre amarilla (desatada en 1871) y una ley de exoneración de impuestos a los saladeros lo impulsa a trasladarse al viejo éjido de Ensenada. Y el 24 de junio inicia las obras del saladero San Juan, construido en solo 43 días, teniendo de principal colaborador a su hermano don Luis Berisso, quien en el año 1879 abriría el “San Luis”, para ocupar en total a 2.000 trabajadores de la carne.
Producían el tasajo y la peptona (extracto de carne), conforme a datos aportados por Juan Richelet en su libro “La Industria de la carne”, del año 1913.
El agente originario de Berisso no es de índole portuario (tal el caso de Ensenada), ni político (como en el caso La Plata), ni defensivo (como en el de Chascomús), ni religioso (como en el de Quilmes). La primitiva población surge en torno de un establecimiento fabril, lo cual marcará su fisonomía para siempre.
En el año 1873 arriba el ferrocarril, que circulaba por la actual calle Montevideo y llegaba hasta el paraje ‘el Bagre Flaco’ en Los Talas. Sucesivamente en años posteriores aparecen los primeros almacenes: el “San Juan” de Teodoro Ballici (frente a lo que es hoy el Parque Cívico), “Massera” en ‘la Portada’ y el de Podestá. El reparto de pan y leche lo hacía don Lanteri y los parroquianos tomaban su ‘grapa’ en el bar de García, que estaba iluminado a querosén. Luego vendrían “El Centenario” de Ángel Pella, el mítico “Sportman” de Lázaro Bruzzone y el “Dawson”.
Según el censo de 1909, Berisso contaba ya con 3.523 vecinos, repartidos en mitades casi exactas entre argentinos y extranjeros, construyendo los provincianos un barrio llamado “Las Catorce”, en razón de su procedencia (las ‘catorce’ provincias argentinas).
Algunos ‘históricos’
La primera maestra del pueblo, en la ex-escuela 60 fue Olga Herrero de Araldi, mientras que Josefa de la Llave fue la directora.
Don Esteban, dueño de la fonda “La Real” contaba (conforme a datos aportados por mi padre, don José Alcoba) que, estando en Buenos Aires, la actriz Josephine Baker se llegó hasta Berisso y almorzó en su local.
Evoquemos los primeros emprendimientos o emprendedores de diferentes rubros:
Panaderías: “Las tres Estrellas” de Bartolomé Amengual y la “Panadería del Pueblo” de Héctor Bruni.
Cines: Domingo Leveratto abre “El Progreso” en el año 1915 y al lado del cine aparece la primera heladería “La Manicera”. Luego vendría el cine “Victoria”.
Tiendas: “La Paulina” de don Peirone y ‘la sastrería de Chiodo’.
Farmacias: “La Valania” en calle Nueva York, la “Cestino” y “Muro”.
Mueblerías: la de don Kraiselburd en la calle Nueva York.
Periódicos: en el año 1915 “La Voz del Pueblo” de Pacheco Moreno y en el año 1930 “La Voz de Berisso”, de Fulbio Massi.
Transporte: Berisso se anticipó en la región y fue la primera zona en contar con un servicio de ómnibus desde 1922.
Personajes ilustres: según la tradición oral vivieron temporalmente en Berisso, trabajando en los frigoríficos, el escritor Eugene O´Neill, el mariscal Tito y Aristóteles Onassis (Fuente: revista Primera Plana Nº 337, pág.53 del 10/6/69).
Una ciudad y su fundador son eternamente semejantes; contenido y continente de una misma cuna. Sus esfuerzos se emparentan en el tiempo, se hacen igual realidad. Y en este juego de símiles, Berisso y su gente pueden darse la mano y mirarse en un idéntico espejo: el de la solidaridad y el trabajo.
(*) El autor fue, como concejal, autor de la Ordenanza 2247 promulgada el 11/12/98 que establece el 24 de Junio de 1871 como fecha de fundación de Berisso.
