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Dolor y desazón por el fallecimiento de una trabajadora del Hospital

Una muerte que exige explicaciones

15:47hs
sábado 25 de julio, 2020


Días atrás, un tiroteo entre facciones de la UOCRA ofreció una dantesca postal en el hospital Larrain. Una telefonista sufrió un paro, que terminó desencadenando su muerte.


Dos facciones de la filial regional de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) se enfrentaron a tiros en un comedor del barrio Villa Roca. El incidente resultó un nuevo capítulo de una interna gremial que suele derivar en hechos policiales.

Según trascendió, el enfrentamiento se registró durante la madrugada del domingo de la semana pasada. En ese marco, un hombre de 30 años identificado como César Navarro recibió varios impactos de bala mientras preparaba la comida. También fueron derivadas al Hospital otras dos personas: Marcos Rodríguez (19 años) con heridas superficiales y Sergio Sosa (29 años), quien recibió un impacto de bala en el pie.

Como informáramos en nuestra última edición, el enfrentamiento tuvo coletazos en la propia sede del Hospital, ya que en medio de la conmoción, personal del nosocomio resultó amenazado por allegados a los heridos.

Si el cuadro ya era grave, se tornó todavía más dramático cuando en medio de la situación de tensión la trabajadora Laura Pereyra, telefonista del nosocomio de 46 años de edad, sufrió una descompensación. En ese momento, personal médico logró compensarla y fue trasladada a la Clínica de la Comunidad de Ensenada. Allí fue intervenida en tres oportunidades, pero el viernes pasado viernes finalmente falleció.

En primera persona

El episodio de violencia que se registró en el Hospital Larrain conmocionó a la familia de la telefonista fallecida e impulsó a los trabajadores a exigir mayor seguridad.

Adriana Pereyra, hermana de Laura y trabajadora del sector limpieza del Hospital, describió que los hechos se enmarcaron en un cuadro de situación ‘nunca vivido’. “Con una de mis compañeras terminamos de limpiar y fuimos a descansar. Cuando estábamos en el descanso escuchamos bocinas y golpes en las puertas del hospital. En ese momento, muchas personas comenzaron con gritos y golpes. Salimos con mi hermana y mi compañera al pasillo y vimos entrar a dos personas llevando un hombre baleado. Ahí comenzaron los gritos y a patear la puerta de la guardia. Uno de los heridos, esa bestia, comenzó a los gritos y tanto yo como mi compañera y mi hermana los paramos en las puertas de triage”, relató inicialmente la trabajadora.

“Continuaron con patadas, golpes. Mi hermana se pone detrás de uno y esta persona la agarra del brazo, la zamarrea y le grita ¡Te dije que me atiendas! Mi hermana se paralizó y ahí me metí y le manifesté que se calme que lo iban a atender. Mi hermana lo mira y no le dice nada y le vuelve a gritar”, continuó narrando. “Es ahí cuando abren las puertas los enfermeros y lo atienden. Este muchacho que estaba herido de bala se cae adentro del consultorio y los que estaban con él ingresan y nos vuelven a amenazar”, expuso luego la trabajadora. La agresividad hacia ellas, analizó, probablemente tuvo que ver con que los trabajadores de limpieza utilizan indumentaria de enfermería.

“A partir de esa situación, volvemos para la zona de los teléfonos y es ahí cuando mi hermana se empieza a descompensar. Nuevamente esta gente comenzó a los gritos, golpeando todo porque no los atendían. Cuando voy a buscar mi celular a la zona de descanso, me avisa mi compañera que mi hermana está descompuesta. Sale del baño mi hermana diciendo que se sentía ahogada y que le dolía el pecho. Llamo a la guardia y les digo a los médicos que tenia a mi hermana descompuesta. Todos pensamos que era una descompensación y no un paro cardíaco”, explicó luego Pereyra.

“Desde la guardia me llamaron pidiendo que llame al Comando para pedir efectivos policiales y nos responden que no tienen móviles porque estaban en el lugar del hecho. Les digo que necesitamos policías porque nos estaban rompiendo el hospital y amenazando a todos de muerte, hasta a los médicos. Vuelvo a la guardia y veo policías, pensé que estábamos más tranquilos, pero no fue así, volvían y amenazaban. En vez de protegernos a nosotros, los protegieron a ellos, nos dejaron tirados”, expuso con consternación la hermana de la trabajadora fallecida.

A lo narrado le siguieron los esfuerzos por compensar a Laura. Conforme al testimonio de Adriana, el médico la estabilizó y le puso oxigeno, lo que no alcanzó para evitar otro paro. “Mientras tanto como iba y venía, porque a mi hermana la tenía en la guardia, estos muchachos me seguían amenazando y gritando. Eran más de sesenta personas que se encontraban dentro del Hospital. Lo que no entendieron es que yo soy personal de limpieza”, lamentó. “A Laura los compañeros la atendieron excelente como al muchacho baleado. A mi hermana la estabilizaron y la trasladaron rápidamente a la Clínica de la Comunidad de Ensenada. Ahí tuvo tres intervenciones, pero finalmente murió el viernes del corazón. Le pusieron tres stents, pero no lo pudo superar”, estableció.

Dolor y denuncia

En los últimos días, el caso llegó a la Justicia. “Realizamos la denuncia y pusimos abogados. Estamos con rabia y bronca y lo único que queremos es justicia. Los directivos del Hospital en ningún momento llamaron a mis sobrinos, ni a mí, que soy trabajadora del hospital. Yo estuve esa noche y puedo saber con exactitud qué le sucedió a mi hermana. Mi hermana ya no está y nadie me la va a devolver, lo que pedimos es seguridad en el Hospital y justicia”, planteó Pereyra. El caso, indicó, también es conocido por las autoridades comunales dado que incluso el intendente Cagliardi recibió a los hijos de la trabajadora fallecida.

Reclamo gremial

Delegados de ATE Verde y Blanca y la secretaria gremial de CTA Autónoma mantuvieron una reunión con directivos del nosocomio para evaluar los hechos de violencia relatados.

“El pasado fin de semana una compañera trabajadora resultó fallecida a causa de un infarto. En la reunión se expresó el temor de las y los trabajadores y el derecho a realizar sus obligaciones en total armonía y tranquilidad”, expresaron referentes gremiales a través de un comunicado. “Los directivos aclararon su compromiso de extremar más las medidas de seguridad en cuanto a las cámaras y a la vigilancia policial dentro del nosocomio”, expusieron también.






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