Ansiedad, irritabilidad, angustia y miedo son términos que están en boca de todos los expertos de la salud mental al hacer referencia a algunas consecuencias del aislamiento social impuesto por la pandemia.
Adriana Ávalos, presidente del Colegio de Psicólogos Distrito XI, con sede en La Plata, estableció que si bien es difícil medir los efectos de la pandemia, sentimientos como los mencionados definen de algún modo el presente.
“Esto no puede considerarse como algo patológico sino como reacciones y sentimientos ante una situación extrema y de incertidumbre. No tiene necesariamente que ser traumático, aunque siempre depende de cada particularidad”, mencionó.
También se refirió a la demanda de atención psicológica en estos momentos y aseguró que cuando comenzó el aislamiento muchos abandonaron el tratamiento pensando que duraría menos, pero terminaron retomándolo en la virtualidad. “No hay mediciones pero sabemos que se sumaron muchos pacientes cuando comenzó a extenderse la pandemia”, señaló.
Sobre la actividad profesional, recordó que en todo este tiempo estuvo limitada, situación similar a la que enfrentaron los odontólogos. “Estuvimos autorizados a atender sólo las urgencias y los casos en que advertimos que estaba en riesgo la salud del paciente. Siempre consideramos que somos personal de salud y que se trata de una actividad esencial. De hecho hubo colegas trabajando en el ámbito de salud pública en provincia y municipios”, observó, mientras al cierre de esta edición se barajaba la posibilidad de que los psicólogos pudieran retomar su atención convencional el miércoles de la semana entrante.
En línea
Paula Berón es psicóloga y desde hace cinco años trabaja en la Unidad Sanitaria 42. Hasta mediados marzo, mes en que se decretó el Aislamiento, atendía a sus pacientes en la salita ubicada en 27 y 164.
En la actualidad reparte su tiempo entre dar continuidad a algunos tratamientos de manera telefónica y brindar apoyo y contención a los vecinos que se suman a las consultas por el impacto emocional de la pandemia y el aislamiento.
El circuito de atención es el siguiente: si un vecino llama a la Secretaría de Salud o al Colegio de Psicólogos para solicitar algún tipo de asistencia, dichos organismos los ponen en contacto con Verón u otros colegas que estén brindando este servicio.
“Atiendo a todos aquellos que manifiesten alguna consecuencia psíquica de la pandemia y el aislamiento, independientemente de si en algún momento contrajeron el virus o no. Entiendo que hacer esto es parte de mi aporte social y comunitario”, explicó la profesional al ser consultada sobre la iniciativa.
En relación a la cantidad de consultas que se reciben, observó que durante las primeras semanas de cuarentena la demanda fue muy alta, porque había ‘mucha preocupación y desconocimiento’.
“Con el aislamiento se incrementaron las consultas por ataques de pánico, exceso de ansiedad y crisis de angustia; no sólo por el encierro y por el miedo al virus, sino porque mucha gente perdió sus ingresos”, advirtió.
En este sentido, consideró que el ‘sostén psíquico’ en estos casos resulta clave para amortiguar ‘las consecuencias a futuro’. “De estas coyunturas va a haber que reformular el concepto de salud mental y repensar el lugar que ocupa dentro de la salud en general, siendo claramente una pata muy importante”, sostuvo.
