
Si bien resultó sobreseído por peculado, en junio se conocerá el veredicto en relación a un segundo cargo por el que es acusado. La causa se originó por procedimientos en torno a la venta de un terreno ubicado en Villa Argüello
Se llevaron adelante en los últimos días, en el ámbito del Tribunal Oral Criminal I de La Plata, las audiencias de un juicio que tuvo al ex-Intendente Enrique Slezack como acusado de peculado y estafa por su actuación en torno a un terreno ubicado en 61 entre 122 y 123 de Villa Argüello.
La denuncia se presentó en marzo de 2013 y después de varias demoras e instancias previas, el juicio fue convocado para mayo de este año y espera ahora el dictado de la correspondiente sentencia.
El eje de la demanda contra el ex-mandatario local está relacionado con presuntas irregularidades en torno al destino de la mencionada propiedad, puntualmente en lo que hace a un cambio de titularidad y a la venta a un ‘precio vil’ a un particular.
Las acciones administrativas luego objetadas se iniciaron por parte de la Municipalidad en 1997, cuando Slezack cumplía funciones como secretario de Gobierno del intendente Néstor Juzwa, y se prolongaron hasta su propio mandato como jefe comunal.
Esta semana, en la última jornada de la audiencia pública, la fiscalía no pudo probar la existencia del delito de peculado, pero mantuvo la acusación por estafa, solicitando al tribunal la condena de un año de prisión en suspenso y el pedido de que el ex-Intendente se someta a reglas de conductas durante dos años. Por su parte, los abogados de Slezack, Christian Romano y Juan Pesquera, elevaron un pedido de absolución, argumentando que lo actuado por su defendido se ajustó a la normativa vigente.
De larga data
En declaraciones a este medio, Slezack se mostró confiado en la determinación que adoptará el Tribunal actuante y dio su versión respecto de lo actuado en relación al aludido terreno.
Según describió, en el año 1997 se abordó desde la Comuna la situación de tierras del ex-ferrocarril General Belgrano, generándose la legislación para que esos lotes y propiedades pudieran venderse a vecinos residentes en el lugar, varios de ellos hijos de trabajadores ferroviarios.
“Logramos parcelar y hacer una tasación con el Banco Provincia y el Municipal de La Plata. Así, los terrenos se vendieron en cien cuotas. Había que regularizar esa situación porque estaba bajo posesión de esas personas desde hacía más de veinte años y si hubieran iniciado juicios por usucapión o posesión, el Municipio tendría que haber pagado el costo de unas 50 o 60 casas y una serie de galpones”, explicó.
Más tarde, indicó, se produjo un litigio entre dos personas. “En ese lugar había un hombre que habitaba una construcción precaria y otro vecino lindante que tenía pretensiones de custodia del terreno. Se decidió la venta a quien estaba en una situación de mayor indefensión, el señor Luis Caddeo, que debía cumplir las mismas obligaciones que el resto de los compradores. Esta persona estaba en una difícil situación económica y en 1998, desde la Delegación I se lo contrató para realizar algunas tareas, ya que era una persona con problemas mentales”, precisó luego.
Conforme al repaso del ex-jefe comunal, en 2001 Caddeo abandonó el lugar y dejó su puesto de trabajo sin tenerse novedades sobre su destino. Luego se supo que estuvo internado en el hospital de Melchor Romero. Entretanto, el lote fue ocupado por personas ‘de mal vivir’ según la apreciación de otros habitantes de la zona.
“Pasó el tiempo y no se podía efectuar ninguna gestión administrativa, porque no había nadie ante quien actuar. Esto se transformó también en una disputa entre vecinos y abarcó en distintas instancias las gestiones de Juan Mincarelli y Ángel Celi al frente de la secretaría de Gobierno”, indicó Slezack.
Frente al cuadro descripto, la decisión fue que la custodia quedara en manos de un vecino lindante, de apellido D’Ángelo, quien pasados dos años pidió la posesión, para lo que hubo que deshacer el documento de compraventa anterior. “Caddeo no estaba viviendo ahí y no pagó ninguna cuota de la compra. Se hizo un nuevo boleto de compra y venta y en el año 2008 se escrituró el terreno. Luego apareció Caddeo acompañado de la señora Rosa Bru diciendo que quería el terreno. En ese momento, el secretario de Gobierno era Guillermo Di Giácomo y se llegó a un acuerdo con el nuevo titular para que (Caddeo) siguiera viviendo en el fondo. Se le restauró la vivienda y en 2013 se lo volvió a ingresar para trabajar en la Delegación”, estableció también Slezack, indicando que también se le ofreció una vivienda dentro del cupo establecido para los empleados municipales en el nuevo barrio que estaba a punto de concluirse en La Franja. “Le ofrecimos una vivienda en ese lugar, dadas sus condiciones, pero Rosa Bru, su vecina y quien lo acompañaba, dijo que no, que debía vivir en esta otra casa”, añadió.
Tiempo después, en su carácter de titular del terreno, D’Ángelo pidió el desalojo de Caddeo por mala convivencia y surgió un nuevo conflicto.
En su declaración durante las audiencias del juicio, el ex-Intendente subrayó que cerró su gestión sin inconvenientes judiciales y que el Tribunal de Cuentas aprobó su último ejercicio sin observaciones. “Los delitos que se imputan no ocurrieron y no dudo de ninguno de los tantos funcionarios que actuaron en ese caso en sus distintas instancias y años”, sostuvo, como único imputado de aquella administración municipal. Pasado un tiempo se conoció la noticia del fallecimiento de Caddeo, mientras que antes D`Ángelo edificó sobre el terreno.
Al brindar su testimonio, el ex -mandatario acusó a un grupo de abogados de haberle solicitado una importante suma de dinero para no avanzar en el proceso judicial. “Me convocaron a una reunión y me dijeron que si les daba 50 mil dólares se paraba el caso, bajo la excusa de indemnizar a la familia de Caddeo, de la cual no nos dieron información. Dije que no y se avanzó con el juicio”, repasó tras brindar ante el Tribunal, en carácter de acusado, un detallado relato de lo actuado en relación al tema.
“Realice un repaso de la gestión vinculada con viviendas en general y terrenos. Por parte de Caddeo no había ningún familiar, solo los abogados representantes que me habían pedido el dinero anteriormente, a quienes acusé ante la Fiscalía. También estaba Rosa Bru. Ahí mismo me levantaron la causa de peculado y los abogados defensores dijeron que estaba sobreseído por falta de pruebas, porque el inmueble se vendió al valor que establecía la Ordenanza vigente”, explicó, a la espera de que en junio se conozca el veredicto de los magistrados sobre el asunto.