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Un río más limpio para un planeta más sano

9:13hs
viernes 19 de febrero, 2021


En el mes de los Humedales, instituciones ligadas a la actividad náutica se unieron para protagonizar jornadas de limpieza que llevaron adelante en canales berissenses.


Desde hace unos años, la Cámara de Turismo de Berisso promueve diferentes actividades orientadas a generar conciencia y visibilizar la importancia que tiene el delta para el distrito y el potencial que encierra en lo que hace a flora y fauna y a la calidad de vida de la comunidad berissense.

En ese marco, y tomando como disparador la fecha del 2 de febrero, Día Internacional de los Humedales, la institución promovió la realización de una serie de jornadas de limpieza en el Río Santiago, sus canales, y la playa de Isla Paulino. A las acciones se sumaron el Club Náutico Ciudad de Berisso, la Asociación Civil Arroyo Borsani, Casa Isleña, Puerto la Plata, la Municipalidad a través de las áreas de Salud, Producción y Juventud, el Cuerpo de Guardavidas de Isla Paulino y Embarcadero Berisso.

Para tratar de cumplir estrictamente con los protocolos asociados al covid y evitar una gran aglomeración se decidió que la actividad se extienda a lo largo de varios días, con una división en grupos que se encargaron de efectuar la limpieza en diferentes zonas.

Un grupo de ocho palistas se focalizó en arroyo Borsani, otro en el Río Santiago y aledaños. La labor se llevó a cabo a bordo de canoas y kayaks, con coordinación de la subcomisión de Remo del Náutico Berisso. En la costa de Isla Paulino, la actividad reunió a Guardavidas, integrantes del Consejo de la Juventud y vecinos, sumando un total de alrededor de veinte personas.

La intensa labor de quienes pusieron su tiempo y energía al servicio de la propuesta permitió reunir un considerable volumen de residuos, que se retiraron del curso de los canales y de la ribera en alrededor de 150 bolsas de plástico tipo consorcio.

El valor de los humedales

El Día Internacional de los Humedales se instituyó en 1997, conmemorando la Convención sobre los Humedales que se celebró el 2 de febrero de 1971 en Ramsar (Irán), donde se declaró la importancia que revestían estos espacios en el mundo.

Los humedales son extensiones de tierra que tienen la particularidad de estar inundadas de forma permanente. Son ecosistemas en los que habita un gran número de especies animales y vegetales, que se encargan de regular el ciclo del agua y el clima, creando de esta manera un equilibrio perfecto. Además, aportan al hombre recursos indispensables para disfrutar de una mejor calidad de vida.

En una nota que firmara tiempo atrás en el Semanario, el naturalista Julio Milat hacía alusión a las numerosas funciones que cumplen ríos, bañados, lagunas, canteras y pajonales, como ejemplos de humedales.

En ese contexto, se refería al bañado de Maldonado como esa inmensa depresión cubierta de pajonales y bañados en el centro del partido, describiéndola como ‘una enorme esponja que cumple la función vital de contener los excesos de lluvias en la región’.

Y también pasaba revista a los cursos de agua que serpentean por la superficie del Partido, desaguando por pendiente en la costa del Río de la Plata, como el Arroyo El Pescado o la cañada La Bellaca, que junto a otros de menor caudal interaccionan transportando distintos caudales según la época del año.

También identificaba como humedales a las canteras locales, definiéndolas como “ojos de agua dulce o ligeramente salobre, que se disponen a lo largo del camino en Los Talas”, a la vez que como fuentes de agua permanente, por su alimentación de napas o conexión con el río.

Y no podían quedar ajenos canales y zanjones urbanos (los paralelos a la avenida 66, el Maldonado o el canal Génova), cursos que originalmente recibieron pluviales, pero en la actualidad reciben cargas cloacales y la basura de la población humana de la región. “Así y todo intentan ser humedales urbanos”, reflexionaba al respecto Milat, englobando en la categoría de humedal al extenso litoral costero del Río de la Plata y al canal Santiago y su delta, fuente de nutrientes y vida en el monte ribereño.

“Estos ambientes y otros nos brindan servicios todos los días, regulan la temperatura, contribuyen con las lluvias y el cambio climático, depuran el agua para nuestro consumo y riego. Son espacios para la práctica de múltiples actividades paisajísticas y deportivas”, apuntaba entonces el referente del MOCIA (Museo Ornitológico y Centro de Interpretación Ambiental), haciendo alusión además a otras virtudes menos conocidas pero de equivalente o mayor importancia: ser fuentes de biodiversidad, complejos sistemas de infinitas fuentes de vida de insectos, peces, anfibios, reptiles y mamíferos y numerosas especies vegetales “que funcionan como un todo”.

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