COLECTIVIDADES

Se conmemoró el bicentenario de la independencia griega

11:28hs
jueves 8 de abril, 2021



El pasado sábado, la Colectividad Helénica y Platón llevó adelante en el Monumento a los Inmigrantes del Parque Cívico un acto con el que se conmemoraron los doscientos años de la Independencia de Grecia.

A la entonación de los himnos argentino y griego se sumó la bendición del pater Demetrio Mygdalis, responsable de la iglesia Ortodoxa Griega Santos Constantino y Helena, y la colocación de una ofrenda de laureles a los pies del monumento.

“Este 25 de marzo, en el Bicentenario de Grecia, Berisso no quiso quedarse afuera de los festejos. A raíz de la propuesta de la colectividad se pudieron iluminar los edificios municipales y se mostró al mundo que Berisso es símbolo de paz y unión”, describió al hacer uso de la palabra la secretaria de Gobierno, Aldana Iovanovich, quien junto a otros miembros del gabinete comunal acompañó la iniciativa en representación del Municipio.

Por su parte, el presidente de la Colectividad Helénica y Platón, Néstor Stambolakis, agradeció a los socios que se sumaron a las actividades que viene proponiendo la institución para conmemorar la obtención de la independencia griega, así como a las autoridades municipales, por sumarse permitiendo flamear las banderas de Grecia e iluminando de azul y blanco edificios públicos locales.

Las alternativas del acto fueron transmitidas en directo por las redes sociales de “La Voz de Grecia”, el programa radial de la colectividad.

Cabe recordar que desde 1453 y por 400 años, Grecia estuvo bajo dominación del Imperio Otomano. Varios intentos fallidos de emancipación sucedieron, hasta que, el 25 de marzo de 1821, bajo la proclama “Libertad o Muerte”, el pueblo griego dio inicio a la Revolución; un largo camino que los llevaría años más tarde a la tan anhelada Independencia.

Al escritor Jorge Anagnostópulos Arfanis le tocó hacer referencia durante el encuentro a lo que representó en 1821 el inicio de la revolución libertadora griega. Su mensaje, que se transcribe a continuación, portó una profunda invocación a la paz:

“Somos herederos de Grecia. Somos Embajadores de la Paz. Somos el 25 de marzo de 1821, símbolo de exaltación y epifanía para los griegos del mundo; honramos a los héroes que entregaron su vida por la libertad y celebramos el Bicentenario del Inicio de la Revolución Libertadora, que le permitió a Grecia la emancipación del Imperio otomano.

Los antiguos griegos, amantes de la luz, cultores del diálogo y la duda, el conocimiento del ser, el mito y la mitología, perdieron su libertad (libertad física -el alma no admite cadenas-) y padecieron 400 años de opresión después del aciago 29 de mayo de 1453 cuando los bárbaros entraron en Constantinopla, la ciudad de la Fe, y sometieron a la oscuridad al pueblo más luminoso de la historia.

Pero la llama no se apaga. El 25 de marzo de 1821 Grecia lanza un grito incontenible, hoy universal: eleftería y thánatos, libertad o muerte: y temblaron las montañas, las cabras y las cruces de los cementerios. La semilla ha sido sembrada, la flor crecerá; la pasión continúa latente.

Por esta sentencia esos griegos del Peloponeso, juran en el monasterio de Aguia Lavra, Kalávrita, ante el obispo Germanós de Patras, que lucharían hasta ser libres o morir por recuperar la patria amada y humillada, por el derrocamiento del dominio turco y para lograr la creación del estado moderno; e izaron la bandera revolucionaria bajo el plátano en la puerta del monasterio.

En esta coyuntura histórica, un gran número de griegos de la diáspora también lucharon y murieron por la patria y la fe: el poeta inglés Lord Byron, el escritor francés Víctor Hugo y el pintor francés Eugene de la Croix murieron abrazados a la bandera de la cruz blanca.

Nombres y fechas quedaron grabados en las estelas de los monasterios; y el estandarte rojo de la medialuna quedó grabado en la memoria del griego. Los bienaventurados entraron en un cielo blanco, cuando el rosal ofrecía el rosario de sus rosas. Desde uno de tus monasterios, ¡oh, Grecia!, haber soñado la libertad: un sueño anterior al sueño.

La ausencia de guerra no es la paz, una voz solitaria en la tormenta gritando, pero cuando se suman todas aquellas voces que quieren la paz se vuelve una voz muy poderosa. Una revolución de paz que haga la diferencia en este mundo. La paz es un instrumento para reeducar el corazón de las personas. Todos nosotros deberíamos estar saturados de esta existencia, el milagro de todos los milagros.

Si no puedes amar, no odies. No hay mayor grieta ni mayor abismo para el ser humano que estar del otro lado de la paz, el entendimiento, la comprensión, la conciencia de ser libre.

Grecia es azul; azul y blanco, azul y verde, azul y color sangre de buey. El blanco es tan blanco que hiere los ojos, el azul es tan azul, que hiere el alma. Por esas cosas, acaso, por la bandera de la cruz blanca, “por los huesos sagrados de los helenos, salve, oh salve Libertad”.

La paz es un sol que aparta al invierno del rostro”

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