Mucho, mucho ruido…

11:46hs
viernes 22 de julio, 2016



Reclamo por actividad de Costa Manzana

Vecinos que residen en las inmediaciones del complejo Costa Manzana manifestaron su enojo y cansancio a raíz del escenario que se presenta cada vez que se realiza una fiesta en el lugar. La música, aseveran, ‘hace temblar ventanas’, situación a la que se suman ‘autos que vienen y se van, jóvenes que llegan al ritmo de batucada, gritos, veredas orinadas y residuos en las puertas de las casas’.

Pascual Arena, uno de los damnificados, expone que a pesar de la junta de firmas presentadas ante el Concejo Deliberante y el pedido que éste realizó ante el Ejecutivo durante la gestión Slezack, no se encontró una solución. Tampoco pudieron encontrarla en su reclamo a las nuevas autoridades y la situación parece agravarse.

Hace 17 años que el espacio funciona en el barrio. Inicialmente sólo se celebraba allí Navidad, Año Nuevo y esporádicamente algún casamiento. Sin embargo, desde hace unos seis años, cuando el empresario Guillermo Ríos decidió dar un nuevo perfil al lugar, los vecinos comenzaron a hacer oír sus quejas.

Las actividades recreativas comienzan cada fin de semana los viernes a la noche, se extienden hasta el sábado a la madrugada y continúan durante el mediodía y la tarde con la celebración de casamientos y cumpleaños. Igual situación, advierten los vecinos, se refleja de jueves a domingos y los fines de semana largos. Para ellos, los controles que ‘dicen haber realizado durante las últimas fiestas’ no revelan lo que sucede.

“Él (Ríos) hizo las mediciones. Es como poner un zorro a cuidar gallinas”, sostiene Arena, considerando que las instalaciones no están acondicionadas para poder amortiguar los ruidos molestos. En vistas de las circunstancias, los vecinos decidieron organizarse para hacer una presentación judicial.

Fuentes de la Dirección municipal de Control Urbano aseguraron en los últimos días que entre los operativos que realiza el área figura el dirigido a detectar ruidos molestos durante el desarrollo de fiestas, bailes y eventos nocturnos. En este sentido, Gabriel Alasino, responsable del área, explicó que se está desarrollando un trabajo técnico que propondrá una modificación de la Ordenanza de Ruidos Molestos (1970/96). Para llevar adelante esta tarea, indicó, se mantienen reuniones con la Comisión de Medio Ambiente del Concejo y el Departamento municipal de Medio Ambiente. También se prevé convocar y sumar a los propietarios de los locales de nocturnidad y a los técnicos responsables de los informes isonométricos de cada establecimiento.

Entre los puntos que se analizan figura el de poder introducir en la normativa la obligatoriedad de instalar en los locales un dispositivo electrónico, medida implementada con éxito en otras localidades que impide que se superen los niveles de sonido permitidos por la reglamentación.

“Con esta reforma se propone abarcar dos objetivos fundamentales: cuidar la salud auditiva de nuestros jóvenes evitando que se superen los valores recomendados por organismos especializados para prevenir daños permanentes y controlar la afectación directa a los vecinos de estos lugares”, afirmó Alasino.

Por su parte, el propietario de Costa Manzana, Guillermo Ríos, explicó que si bien se viene trabajando para mejorar las condiciones acústicas y controlar el sonido, ‘se hace muy difícil’ teniendo en cuenta las características que presenta el barrio ‘donde no hay ruido ambiente’. Sin embargo destacó que según los controles realizados por el Municipio y un ingeniero que acompañó el procedimiento y que brindará la sistematización de los resultados los próximos días, los decibeles medidos que emanaban desde el local “fueron 5 o 6 más bajos que los que generaba, por ejemplo, el paso del colectivo”, aseveración que obviamente enardece a los vecinos.

Al mismo tiempo, explicó que las celebraciones al aire libre sólo tienen lugar durante Navidad y Año Nuevo y que el resto de las actividades se desarrollan en espacios cerrados con los que cuenta el complejo.

Según Ríos, la actividad en el rubro registra un antes y después de la fatalidad de ‘Cromagnon’. “En los negocios de este rubro se priorizó la seguridad antes que la contaminación sonora, que antes era prioridad. Por eso los salones tienen una parte abierta. Conseguir garantías en todos los órdenes, es muy difícil porque una va en desmedro de la otra”, expuso.

Ríos explicó también que, contrariamente a lo que exponen los vecinos, los festejos nocturnos son esporádicos. “Hubo una fiesta el jueves previo al último feriado del Colegio Basiliano, porque se iban a Bariloche y otra por el Día del Amigo, pero hasta septiembre no volvemos a abrir. El problema es que hoy se juntan 500 chicos y estamos tan desacostumbrados a que haya ‘movida’ que vemos 500 chicos y parece que viene el fin del mundo. Si 4 personas se juntan y cortan la 66 o la 60, cuando vemos 500 juntos parece que viniera un golpe de estado”, graficó, mostrándose no obstante dispuesto a analizar medidas que mejoren la situación junto al responsable de “El Rey de la Sabrosura”, el otro boliche que en la ciudad cuentan con habilitación para poder llevar adelante bailes.

Etiquetas en la noticia

costa manzana ruido vecinos





Otras noticias


Mundo

EL MUNDO DE BERISSO © 2024 - Edición Dígital. Todos los derechos reservados.