POLÍTICA

El artista Daniel Santoro participará en Berisso de un homenaje a Evita

13:05hs
martes 26 de julio, 2016



Daniel Santoro

Hoy a las 19:00, el artista Daniel Santoro visitará la sede del PJ local (166 entre 14 y 15) para compartir un encuentro organizado por el Colectivo Sudestada y el Espacio Soles de Mayo con el objetivo de homenajear a Evita, a 64 años de su fallecimiento.

El visitante ofrecerá su muestra “Eva en el imaginario peronista”, utilizándola como disparador para reflexionar acerca de lo que fue y lo que quedó del peronismo en el imaginario nacional y de su influencia en la construcción que define la identidad argentina.

Hijo de madre y padre calabreses, Santoro nació en el barrio porteño de Constitución en 1954. Egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. A comienzos de los ’70 ya estaba en la Escuela Nacional de Bellas Artes y había comenzado a compartir sus inicios en el camino del arte con su militancia en el peronismo. Desde 1978 participó de treinta exposiciones colectivas y salones.

– ¿Cómo llega usted a la pintura, a las artes plásticas?

– Nunca supe bien como empezó, pero me gustaba. Siempre me gustó pintar y dibujar desde chico. Después, de más grande, cuando ya militaba en realidad, cuando tenía una militancia social hasta en la iglesia incluso, siempre me encargaba de las pintadas, los carteles, y todo lo que estaba orientado para ese lado. Así que después como estudié arquitectura también y me recibí de maestro mayor de obras, estaba el tema de los dibujos de arquitectura también que tienen mucho que ver con mi obra. Siempre anduve rondando por ahí hasta que después en el 76, después del Golpe, me dedique a estudiar. Empecé a estudiar en la Pueyrredón y ahí me consolide en ese oficio. Como ahora nos pasa, momentos de repliegue, períodos de reflexión, momentos interesantes, pero después hay que ver si tienen sentido, para donde va.

-¿Hay expresiones más funcionales a una cosmovisión que a otras?

-No, el arte es arte, sirve para lo que quieras. El arte va por otro lado, tiene que ver con la poesía, con una cuestión de cada uno. La obra se produce sola, en blanco, después se construye su identidad, se puede usar políticamente, pero no se justifica políticamente. Es allí donde te enfrentas con el vacío de la existencia. Hay una sola clase de arte, hay arte y punto. No hay denominaciones específicas, ni arte americano, ni arte latinoamericano. Es cruel clasificar. Para mí Borges por ejemplo es más nacional y popular que Marechal. Si me tengo que parar en un lugar voy a estar siempre donde esté Borges. No puede haber batalla cultural en el arte, eso es una reverenda estupidez, lo diga quien lo diga. No hay ninguna pertenencia ni identidad especifica en el arte, se va construyendo, pero no se puede sistematizar para utilizarlo políticamente.

– ¿Cómo ves el mundo de hoy, sumergido en valores capitalistas?

– Sí, es un tema eso. El capitalismo va a chocar, va rumbo de colisión en un futuro y se va a tragar al mundo. El Papa habla de eso en su encíclica y últimamente le creo mucho más al Papa que a muchos políticos. No da para más el mundo, el capitalismo financiero concentrado, el modo de consumo, no hay nadie que piense para dónde vamos. Salen tantas cosas nuevas, que siempre te sentís en falta necesitas tener lo nuevo de lo nuevo. Afuera tenés una superficie que se está burlando de vos, el telefonito te domina, vas corriendo atrás de él. El capitalismo te hace sentir angustiado, desolado, más que Macri hablando de la independencia. No sé hasta donde uno se sustrae del goce, o puede hacerlo, porque uno se convierte en un monstruo cuando pone un palo en la rueda del capitalismo. Y a nosotros nos pasó algo de eso. Quisimos delimitar las importaciones y mirá de lo que nos tildaron, sólo por eso. El detalle acá es que no hay un pensamiento atrás de este capitalismo voraz, no hay una planificación de nada, es la ambición por la ambición misma. Entonces vamos a la catástrofe y la gran alarma la hace sonar el Papa, y no todos lo valoran, él tiene muchos enemigos. No da para más este sistema. Lo que hace el Papa, es actuar como ‘no me creo la del Papa, no soy un emperador’. Y es una gran conmoción. El no se cree más que nadie, reniega de las bondades del palacio, duerme y se viste como uno más. Cuando venga un nuevo Papa y se cuelgue el oro y las fastuosidades, va a quedar como un payaso. Y eso es un pliegue, un cambio, el próximo Papa no va a poder hacerse el emperador, es una renovación de la Iglesia que va a tener consecuencias políticas tremendas.

– ¿Qué tipo de batalla es la que se libra en Argentina?

– No es una batalla contra alguien, es una batalla más profunda; no estamos tonteando cuando hablamos de esto: es una disputa profunda, verdadera. Si fuera una batalla contra alguien sería mucho más fácil, haríamos una trinchera y diríamos quien es el enemigo, pero esto es un problema cultural. Lo que pasa es que rápidamente el ser humano se va agotando, el capitalismo agota al mundo. En este siglo quizá nos asomemos a ese abismo, al del colapso del mundo, porque todo el mundo sospecha que esto no va bien, no aguanta más. Lampedusa, los inmigrantes, las crisis económicas, este siglo nos tiene preparadas maravillas, pero también suceda lo peor…Esto empezó ahora y no sé hasta a donde va a llegar. Y aquí nosotros también tenemos lo nuestro, los compañeros que no tenían teléfono se compraron uno y después querían otro, y tuvieron un auto y querían después un Audi. Y ahí hicieron muchas macanas por ello. El capitalismo también lo tenemos entre nosotros. Y en ello hay que trabajar también.

-¿Por qué kirchnerismo y peronismo a veces parecen no poder juntarse?

– Yo no sé si no se pueden juntar. Creo que los problemas ahora son de la dirigencia, que pelean por los espacios, y no por un proyecto. En el encuentro en Formosa con un montón de gente, todos estábamos absolutamente de acuerdo, y fue bárbaro, no hubo ningún problema, el documento que se trabajó no lo mandaron escrito de ningún lugar. Entonces, creo el problema son los fantasmas de los dirigentes, sus miserias, las posiciones que no se quieren mover, los ataques de afuera. Pero cuando esto amaine un poco yo creo que no hay tantos quilombos, todo el peronismo que acompaño al kircherismo está todo de acuerdo, no hay un problema grave. Aunque vean a Massa como una probabilidad, Massa no es un ser querible, no es alguien que convoque. Me parece que esto está muy en mano de los pibes y de las bases, los verdaderos tesoros están ahí. Los pibes tienen que juntar esa energía que tienen disponible y hacerla pesar, no andar atrás de unos viejos que no sabemos qué intereses persiguen, aunque el tema siempre es la unidad, como lograr la unidad. Hay que ser generoso, dejar de decir traidor a cualquiera. Si vamos a distribuir traiciones ¿Quién queda? No busquemos traiciones. A la larga la unidad es contar con todos, sino nunca vas a lograr nada. Hay que empezar a construir en serio y cambiar el paradigma de construcción, pero es sacrificio, no es fácil. Sensatamente, nadie quiere a Macri de verdad, lo aguantan por ‘horror’ al peronismo.

– Perón hablaba del ‘arte’ de conducir. ¿Encontrás una analogía entre arte y conducción política?

– Veo una analogía total. Cuando Perón dice que la conducción es un arte y habla de la ejecución y del óleo sagrado de Samuel (si sos o no sos artista, una sensibilidad que te hace artista naturalmente) y eso es lo que esperamos en la conducción actual: alguien que tenga pasta, no una orgánica. Habrá que ver eso como funciona ahora, es todo un problema del arte, de conducción, una construcción en que primero no hay nada y luego se produce la obra, cuando se da una gran batalla. Y el conductor ahí se expresa y es cuando no se puede explicar por qué toma decisiones, cuando se ve el artista que es. Pero bueno, son momentos. Perón también falló en un momento cuando volvió; no le salió una bien en el último periodo de su gobierno, estaba desenfocado. Pero el artista es eso, no son siempre obras de arte, se fracasa y entre eso hay una obra, en la conducción pasa eso. El tema es que la conducción que aparezca, lo nuevo, sea una nueva conducción en serio, hombres bien comunes, hombres que no tienen plata, eso sería lo ideal; para que la guita ya no sea el paradigma y que tener guita ya no signifique nada. El pliegue es romper con eso de ‘sin plata no se puede hacer política’. Es muy ingenuo lo que digo, pero hacer política sin un peso sería un desafío tremendo; el día que resulte será dinamita pura, construir algo nuevo en serio, una maravilla. El que tiene guita no puede hacer política, algo así. La discusión que viene es ética e ideológica. Hay que terminar con los candidatos ricos, que le pagan encuestas a vividores, a periodistas operadores y punteros. Las últimas elecciones fueron un claro ejemplo de que cuando la militancia salió a la calle con fotocopias casi se revierte lo que se había hecho en la primera vuelta. Lo que pasa es que esto la política no quiere reflexionarlo porque demostraría su fracaso ancestral. Pero las cosas van evolucionando hacia ese lugar y el reclamo de la gente será ese luego del fracaso PRO, porque en el fondo el peronismo tiene un núcleo duro que es querido por todos, hasta por los gorilas, si lo buscas un poco, está. En eso se une el cristianismo y el peronismo, tienen una semilla que hay algo bueno ahí y todos lo pueden reconocer, son buenos en su esencia: la felicidad del pueblo y lo que crece alrededor de eso. El gorila reconoce que el peronismo tiene un sentido muy profundo del que nadie puede estar en contra pero ‘lo malo son los peronistas’.

– ¿Qué aspectos abordará en su charla del 26 de julio en Berisso?

– Vamos a tratar de inferir en el imaginario peronista a través del arte. Con una pantalla iremos mostrando algunas de mis obras y tratando de contar sobre ellas, sobre mi mirada del peronismo.

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