El 16 de agosto de 2009, el jamaiquino Usain Bolt bajaba once centésimas su anterior récord y marcando 9.58 segundos en los 100 metros llanos instauraba un nuevo hito entre quienes se desvelan con la idea de vencer los límites de la velocidad humana. La asombrosa nueva marca, aún vigente, le servía para consagrarse campeón indiscutido en el XII Mundial de Atletismo, celebrado en Berlín.