El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en hombres y la segunda en mujeres en el mundo. En Argentina se diagnostican unos 12.000 nuevos casos por año, con un registro de alrededor de 8.500 defunciones por año.
En el marco del Día Internacional del Cáncer de Pulmón, que se conmemora cada 17 de noviembre, la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC), llama a tomar conciencia sobre esta enfermedad, su prevención y la importancia de su diagnóstico temprano.
El Dr. Carlos Silva, Director Médico y coordinador del Área de Acompañamiento al Paciente de LALCEC comenta que “el 84% de los pacientes de cáncer de pulmón está asociado al tabaquismo, haciendo que sea la causa principal. Pero no solo el fumador activo sino también el pasivo, es decir, el que está en un ambiente lleno de humo producido por la combustión del cigarrillo y del tabaco”.
En sus primeros estadios suele ser asintomático y las manifestaciones clínicas que genera muchas veces son poco específicas, lo que produce que la sintomatología aparezca cuando el cáncer ya está avanzado. Algunos síntomas que se recomiendan consultar con un médico son: tos persistente, tos con sangre o flema de color oxidado, dolor de pecho en crecimiento de intensidad, pérdida de peso o de apetito, falta de aire o dificultad para respirar, ronquera, silbido de pecho o cambios en la voz.
“Así mismo, pueden alarmarnos otros síntomas que se relacionan con una enfermedad metastásica, como dolores óseos que no terminan y que están siempre en los mismos sitios del esqueleto o bien un cansancio permanente y progresivo y pérdida de peso, que son más generales para la mayoría de los tumores. Es uno de los más difíciles a la hora de detectar tempranamente, pero se pueden realizar diagnósticos con estudios por imágenes, según indicación médica, como una radiografía torácica o tomografía de baja radiación”, completa el Dr. Silva.
Entre los factores de riesgo que podrían provocar este cáncer se pueden citar el humo de tabaco, la contaminación del aire, la exposición prolongada a sustancias nocivas, antecedentes familiares o edad avanzada (+65), incluso, la continua aspiración de humo de leña.
En cuanto a la prevención, explica Silva, existe una etapa primaria, que se basa en la concientización en el evitar fumar o dejar de hacerlo. Si uno ya adquirió la dependencia la idea es no exponerse a la combustión de hidrocarburos en ambientes cerrados y revertir la contaminación ambiental, una acción más social.
En los casos de personas de entre 40 y 50 años con el hábito de fumar (o dentro de los 15 años desde el momento que abandonaron el tabaquismo) se recomienda realizar una consulta con un especialista para hacer una detección precoz a través de una tomografía de tórax de baja radiación. El diagnóstico temprano contribuye al éxito del tratamiento. “En estadios tempranos, este tipo de cáncer puede ser tratado quirúrgicamente con un éxito de curación en el 20% de los casos, aproximadamente”, asegura Silva.