El descenso de casos de Covid-19 permitió que la Fiesta del Inmigrante coronara sus actividades de este año con el tradicional desfile sobre Avenida Montevideo. El domingo, desde calle 16 hasta calle 8, columnas de instituciones y colectividades se mostraron ante un numeroso público que se acercó a pesar de la amenaza de lluvias.
El contexto hizo que la organización de la Fiesta constituyera este año un desafío particular para la Asociación de Entidades Extranjeras, que se trazó la misión de combinar actividades virtuales con las presenciales que fueron autorizándose justamente en septiembre.
En el mensaje que pronunció durante la jornada del desfile desde el palco, Carlos Arias, presidente de la AAE agradeció a la comunidad ya las autoridades municipales por el apoyo brindado para mantener a la Fiesta como un ‘lugar de encuentro’. “Es una Fiesta que nos ayuda a mantener vivas las raíces y costumbres de los pueblos”, aseguró.
También el intendente Fabián Cagliardi se refirió a un encuentro que tiene que ver con cultura e identidad. “Los inmigrantes llegaron con la ilusión de paz. Berisso siempre los abrazó y los recibió con alegría. Hoy las puertas siguen abiertas para otras colectividades de países vecinos. Para mí es un honor ser parte de esta fiesta”, afirmó.
Desfilaron, entre otros, integrantes de Bomberos Voluntarios, la asociación Amigos de Corazón, el Fortín Gaucho Berissense, Dragones Rosas, Cucaiba, Cruz Roja, TGD padres con chicos con TEA y trabajadores del Hospital Larrain. Esta última columna captó particularmente la atención del público, que a su paso redobló los aplausos. En nombre del conjunto de los berissenses, el propio Intendente bajó del escenario para saludar uno a uno a quienes representaron en el desfile a quienes estuvieron en la primera línea de lucha contra el Covid-19. El momento se coronó con un minuto de silencio.
Llegó luego el momento de las colectividades. Las Embajadoras Culturales de la Fiesta fueron quienes iniciaron este tramo del desfile, dando paso luego al habitual colorido de las colectividades que avanzaron con sus danzas tradicionales.
El desfile, explicaron responsables de la organización, llenó de emoción a los integrantes de las distintas colectividades que después de dos años pudieron volver a lucir sus trajes frente a los vecinos que se acercaron a compartir la ceremonia.
“Era una necesidad poder desfilar”, advirtieron, aún cuando la lluvia desafió la tarde mientras desfilaba por la zona del palco la representación de la colectividad búlgara.
La jornada de fiesta, que había tenido su prólogo el sábado, también ofreció al público la posibilidad de disfrutar de un paseo artesano, así como de puestos gastronómicos y stands de las colectividades.
En el seno de la Asociación evalúan que el paseo gastronómico que se montó como alternativa en esta edición de la Fiesta podría tener cierta continuidad. La propuesta fue bien recibida por el público, que pudo así acercarse a la gastronomía de las diferentes colectividades y conocer su sede y las características principales de su cultura. “La gente respondió muy bien. La idea es poder hacer que este circuito funcione al menos una vez al mes”, dejaron entrever integrantes de la mesa directiva de la institución.
Si bien todavía no se conocen los números finales que dejó la 44ª edición de la Fiesta, se sabe sí que la concurrencia fue importante en las actividades presenciales. Al público ‘in situ’ hay que sumarle el conformado por quienes, al otro lado de la pantalla, siguieron las alternativas de la celebración desde lugares tan distantes como Eslovaquia o Lituania.
