Este domingo a las 10:00, el Partido Justicialista local y adherentes al Frente de Todos compartirán un acto por el denominado Día de la Lealtad Peronista junto al mojón que señala el ‘Km. 0 de Peronismo’, ubicado en la intersección de las calles Nueva York y Marsella.
Un episodio con sello berissense
El perfil obrero de Berisso hizo que hombres y mujeres construyeran su vida en torno a un escenario fabril en el que se los sometía a maltratos laborales y bajos sueldos, con relaciones de trabajo muy duras. Los obreros habían llegado en general escapando de la guerra que dejaba devastada a gran parte de Europa y hasta ahí no eran demasiado reconocidos como actores sociopolíticos relevantes.
La figura de Juan Domingo Perón, quien venía creciendo como figura política a partir de su labor en la Secretaría de Trabajo, ejercería un poderoso influjo sobre el sector. Cuando llegó la noticia de que Perón había sido encarcelado, la reacción de los trabajadores de la Carne de Berisso fue inmediata. En pocas horas, todos dejaron sus puestos de trabajo y salieron a la calle para pedir por la libertad de Perón. Se movilizaron inicialmente en dirección a La Plata y luego pasaron por Quilmes y Avellaneda hasta llegar a la Plaza de Mayo.
En aquellos días fue también relevante la figura de Cipriano Reyes, como referente del gremio de la Carne en la ciudad. Claro que lo que empezó como un movimiento en la ‘fábrica’ terminó siendo el de toda una ciudad y el de varias ciudades.
La gesta popular consiguió que Perón recuperara la libertad, posicionándolo además candidato a Presidente, rol que pasaría a ocupar luego de ganar las elecciones de febrero de 1946 con el sello del Partido Laborista, que había sido fundado justamente por Cipriano Reyes y otros trabajadores de Berisso. Ese partido estaba conformado en gran parte por trabajadores o sus referentes y, por otro lado, por hombres que ya tenían cierta trayectoria política. Algunas discusiones que se suscitaron en cuanto a la conformación de las listas dejaron a la vista algunos conflictos internos, que hábilmente Perón consiguió encauzar, incorporando luego una rama femenina para que el Movimiento se cimentara sobre un esquema aún más ancho en su base, que marcaría a fuego el futuro de la política argentina de allí en adelante.
