Alejandro Sepúlveda, referente del Nuevo MAS en Berisso, consideró necesario que se investiguen las circunstancias en las que el pasado 28 de diciembre se registró el fallecimiento de Rolando Mansilla, trabajador que desarrollaba tareas de mantenimiento mecánico en la Cooperativa Textil.
“Al compañero lo asesinó la precariedad laboral, lo asesinó una maquina obsoleta que ya se sabía que no servía más”, consideró, criticando a la conducción de la organización y aseverando que en el establecimiento en el que se produce gasa hidrófila “se viola toda legislación laboral básica” y no se tienen en cuenta “requerimientos mínimos en cuanto a seguridad”, lo que según afirmó, puede advertirse en el hecho de contar con una caldera “que lleva más de 30 años sin ser inspeccionada”.
Finalmente, afirmó que los trabajadores no dan a conocer la situación “por temor al despido o a sanciones que pongan en riesgo su sustento familiar” y consideró necesaria “la estatización de la fábrica bajo un plan de inversión gestionado y controlado por sus propios trabajadores”.
