Su presidente explica que no pueden utilizar parte del predio por la rotura de mangueras colocadas por vecinos instalados en las inmediaciones para acceder a un caño de ABSA.
El presidente del club Saladero hizo público el malestar que reina en la institución como consecuencia de la falta de respuesta a un problema que se suscita desde hace tiempo, impidiéndoles disponer de un espacio del predio, ubicado en la zona de 18 y 152 Norte.
Según describe Ariel Santillán, actualmente al frente del club, la que debería ser una cancha de fútbol 11 es hoy un terreno con charcos enormes y rastros del paso de caballos. En tal sentido, apunta que en las inmediaciones del predio creció notablemente el número de vecinos que fueron asentándose, algunos de los cuales cruzaron mangueras sobre territorio del club para conectarse a un caño por el que circula agua de red.
“Tenemos una cancha de 11 en el predio que estaba en un principio sin usar. En esta gestión iniciada el año pasado decidimos utilizar de nuevo ese sector y con mucho esfuerzo fuimos consiguiendo tierra para relleno, cortamos el pasto e hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance con el fin de que disciplinas y entrenadores tuvieran espacio para utilizar”, observa Santillán.
Enseguida apunta que hacia febrero, vecinos del citado asentamiento decidieron avanzar sobre la cancha. “La rompieron haciendo un zanjeo para engancharse del caño maestro de ABSA que corre por calle 18. Metieron tres mangueras clandestinas y rompieron todas las instalaciones. También entraron caballos que rompieron las mangueras y es todo un desastre y ni nosotros ni ellos ni el municipio puede resolver esto”, consigna.
De todos los actores que pueden intervenir para la solución de la problemática, observa, la mayor cuota de responsabilidad la tiene la Municipalidad. “Hicimos todas las notas, todos los pasos que nos indicaron. Hicimos todo y nunca tuvimos respuesta y no es justo que se vea perjudicado un club de fútbol infantil que es pionero en la ciudad y que este año cumplirá 50 años”, enuncia el dirigente, a la espera de que pronto llegue una respuesta.
