Fueron formalmente presentadas las obras y el nuevo equipamiento del espacio que en 2019 se vio afectado por un voraz incendio.
El 12 de enero de 2019, la tristeza embargó a la comunidad de la Escuela de Educación Secundaria Nº1. Su biblioteca había quedado reducida a cenizas a raíz de un voraz incendio.
Durante la mañana del viernes pasado, tras una intensa labor de la que participaron muchos colaboradores, se presentó formalmente la obra de reconstrucción del espacio a cargo de la bibliotecaria Marita Legarralde.
La biblioteca, claro está, no es un mero sitio físico, sino una puerta de ingreso al conocimiento y a la posibilidad de compartir experiencias de formación para los cientos de estudiantes que concurren a diario a la familiarmente aún denominada ‘Enseñanza Media’.
“Para la escuela es de vital importancia el apoyo que brinda esta biblioteca, teniendo en cuenta que se prestan más de 150 libros por día para distintas materias. Por eso era necesario reconstruirla”, describió Legarralde, emocionada por la posibilidad de abrir esta nueva fase del servicio escolar.
Aún permanece fresco el recuerdo de aquella jornada en la que el COM detectó el humo que emanaba de este sector del edificio y los bomberos llegaron raudos para tratar de salvar algo, tarea casi imposible teniendo en cuenta la combustibilidad del material allí almacenado.
También permanecen vívidos los recuerdos de la labor de profesores y auxiliares para desocupar el área siniestrada, y cierto sabor amargo por el tiempo que desde entonces transcurrió hasta que finalmente se consiguió montar nuevamente el sector.
Una vez que el gobierno comunal canceló el pago de la obra y recuperada la llave del área, la directora de la ES 1, Irina Komoliatova, cursó notas a diferentes empresas con el objetivo de pedir la donación de mobiliario. El pedido encontró tierra fértil en YPF y Seguros Rivadavia, firmas que donaron muebles y estanterías, con cuyo traslado colaboró la Municipalidad. Las sillas fueron aportadas finalmente por la Dirección provincial de Equipamiento Escolar.
“Por el material tengo que agradecer a todos los berissenses, ya que en muchos casos acercaron libros que tenían en sus casas. También a las bibliotecarias de la ciudad, que trataron de armar un stock de libros de texto para que estuviéramos cubiertos”, puntualizó Legarralde, añadiendo que en lo que hace a recursos informáticos, se contó con la colaboración del programa de la UNLP E-Basura, que recicla diferentes equipos donados por la comunidad con el fin de ponerlos en funcionamiento para establecimientos educativos y organizaciones comunitarias.
“En verdad es toda la comunidad la que ayuda: alumnos, ex-alumnos, auxiliares, docentes, directivos. Con la biblioteca andando, creo que vuelve a latir el corazón de la Escuela”, puntualizó la bibliotecaria.
