COLECTIVIDADES

Hacia la elección de la nueva Embajadora Provincial del Inmigrante

Cada día, una postulante

19:29hs
jueves 22 de septiembre, 2022


Las Representantes Culturales de las colectividades se presentan en un ciclo producido por Berisso TV.


El sábado 8 de octubre se elige a la Embajadora de la 45ª Fiesta Provincial del Inmigrante. Este jueves, a través de una producción de Berisso TV, conocemos a Florencia Cavalitto, Representante Cultural de la Colectividad Israelita.

Imágenes que perduran

La historia de la Colectividad Israelita está íntimamente ligada a la de la ciudad. Basta recordar que se fundó en el año ‘15 y que en sus primeros tiempos tenía su salón en Río de Janeiro y Valparaiso, a pocos metros del barrio ‘Las 14’. Además, la Juventud Israelita de Berisso tuvo una activa participación en la conquista de la Autonomía, allá por 1957.

Formalmente, la comunidad judía se incorporó a la Asociación de Entidades Extranjeras, institución que organiza la Fiesta Provincial del Inmigrante, a través de AMIA La Plata en diciembre de 2010. En aquellos días, Roberto ‘Tito Reichman’, uno de los impulsores de ese paso institucional, describía que la ‘flamante’ colectividad nucleaba inicialmente de unas dieciséis familias locales. Además, compartía un texto evocativo, del que reproducimos aquí un fragmento, para permitirnos viajar en el tiempo y tratar de imaginar cómo era la vida de los inmigrantes judíos asentados en la ciudad:

“Me acuerdo de mi niñez; de ir a la casa de mis abuelos a la calle Nueva York; de las familias de la colectividad; de sus alegrías, sus discusiones en distintos idiomas; de mil abuelos rezando todas las noches con las velas prendidas. El shill (sinagoga), en Iom Kipur (día del perdón) o Rosh Hashaná (año nuevo) era una fiesta para mí, incluía la posibilidad de comer a la noche con toda mi familia. Es como si estuviera viendo en la ventana del Bar Ingles al Sr. Krutka, a Trizmiel y a otros varios jugando al dómino, o las cartas y compartiendo todo con los amigos”.

También por aquellos días, la Profesora Lidia Lewkowicz compartía con nuestros lectores algunos recuerdos del ‘shill’ de Berisso. Lo hacía con un precioso texto que reproducimos a continuación:

“Calle Río de Janeiro. Un edificio de madera de dos plantas. Abajo rezaban los hombres. Arriba, las damas. Nosotros de niños, correteábamos entre esas estructuras.

Previo ir al templo, mamá me enviaba a la casa de Sara Wacks, la abuela de Tito Reichman, a buscar la Tejine. Luego se encontraban todas las demás piadosas con sus debidos sombreros dada la costumbre de llevar la cabeza cubierta ante Dios.

Ocurrió en Rosh Hashaná un hecho singular: una dama católica le pidió a mi mama Clara si podía intervenir en el oficio religioso dado que si rezaba dos veces la salud del esposo mejoraría. Así fue

como se incorporo con su debida mantilla y siempre agradeció este hecho ecuménico.

Papá se aprestaba como buen khoen para esas festividades. También aportó un hecho singular. Un judío que no quería asistir a los oficios siempre fue convencido por mi progenitor para que lo hiciera. El resto de los fieles se preguntaban los argumentos; papa callaba.

Ese shill fue luego, nuestro encuentro en DROR con los buenos madrijim (celadores) que bien nos enseñaban jóvenes adelantados acerca de Sionismo y del recién creado Estado de Israel; entre ellos cabe citar a Elías Meschiany, Saúl Yurkievich, Efraín Percow, quienes pasaban a remolcarnos por nuestras casas, hoy ausentes de este mundo.

Allí también asistimos a las primeras clases de idisch que un maestro traído de Buenos Aires nos enseñara en un breve período.

Ese fue el legado de nuestros padres, siempre atentos en mantener la tradición.






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