El equipo nacional tuvo cinco kinesiólogos, claves en la ‘puesta a punto’ de los jugadores. El Colegio profesional de la provincia reconoció a Luis García, el más experimentado.
El seleccionado campeón del Mundo en Qatar 2022 fue un equipo dentro y fuera de la cancha. Esa característica fue -según todos coinciden- una de las claves que permitió a la Argentina colocar la tercera estrella en el escudo de la AFA.
Un grupo de kinesiólogos integró ese exitoso team, cumpliendo con un rol fundamental a partir de su intenso y minucioso desempeño en la preparación y recuperación de los futbolistas de élite antes, durante y después de los partidos de la competición mundial.
El licenciado Luis García lideró el grupo de kinesiólogos que integró el plantel médico de la Selección junto a traumatólogos, expertos en diagnóstico por imágenes, un nutricionista, un médico clínico y un cardiólogo.
Según contó García, en Qatar por primera vez la Selección contó con cinco kinesiólogos, resultando el seleccionado con mayor número de profesionales de esta disciplina
El Colegio de Kinesiólogos de la Provincia de Buenos Aires (Cokiba) realizó un reconocimiento a García, quien está matriculado en esa institución, por su labor y la de todo los colegas en el equipo campeón mundial.
En la oportunidad, García explicó que llegar a ese número de kinesiólogos es la resultante de un proceso que se inició en el 2007 con la Copa América en Venezuela.
En aquella competencia, se desempeñó solo, pero para el mundial de Sudáfrica (2010) los profesionales ya eran dos. En Brasil 2014 se incorporó a otro kinesiólogo, en Rusia 2018 al cuarto, para llegar finalmente a Qatar con el número récord.
“Esto determinó que la Argentina fuera la selección con más presencia kinésica de todo el mundial. Eso habla muy bien de toda la parte dirigencial y el cuerpo técnico que nos respaldó y reconoció la importancia del trabajo kinésico en las competencias de alta intensidad”, advirtió.
García se graduó en la UBA (Universidad de Buenos Aires) en 1992 y comenzó a ejercer en su ciudad natal, San Antonio de Areco, con su consultorio, dedicado a la parte deportiva porque fue atleta federado.
También trabajó en la liga de Areco, en los clubes de fútbol de la liga local y en 1997 ingresó a Racing Club de Avellaneda. En 2001 pasó a Boca Juniors, dirigiendo el laboratorio de investigación biomecánica, relacionado con la producción de lesiones y su relación con la biomecánica hasta el 2012.
“En el 2006, coincidí nuevamente con el ‘Coco’ Basile”, observó, poniendo de relieve que su arribo a la Selección se produjo junto a dicho DT. “En total llevo 25 años trabajando ininterrumpidamente en el ámbito del fútbol profesional”, resumió el licenciado.
En su visita a la sede del Cokiba para recibir el homenaje, indicó también que los kinesiólogos que conforman el staff de la Selección Argentina son todos ‘permanentes de la AFA’.
Así como a él le toca trabajar exclusivamente con la selección mayor, sus colegas trabajan en las selecciones juveniles y son llamados cuando juega la Mayor. “Lo que se necesita para armar un cuerpo kinésico y que esté a la altura de todo evento y circunstancias, es experiencia. Todo lo que uno pueda adquirir en la atención específica de un jugador profesional, y sobre todo en las condiciones o características de un torneo de alta intensidad y del nivel que implica un torneo mundial”, contó el experto.
Un trabajo día a día
García explicó que la actividad en un seleccionado es muy particular. “La Selección Argentina tiene actividades diferentes en base al tipo o tiempo que implica cada convocatoria. En Eliminatorias o un partido amistoso son 10 días donde se juegan dos partidos y hay que estar muy finos en cómo llegan los jugadores, cómo los ponemos en condiciones. Se trabaja todo el tiempo, tanto desde la llegada del jugador como en el previa y post partido, con la idea de resolver la lesión que vaya teniendo o que trajo antes de la convocatoria”, indicó. “Diferente es cuando se empieza a preparar un torneo como lo es la Copa del Mundo. Implican varios meses de antelación. Se hace un seguimiento del estado físico y lesional del jugador”, dijo luego.
En el caso particular de Qatar el trabajo fue particularmente exigente, teniendo en cuenta que muchos jugadores llegaban con lesiones, producto de la intensidad de los torneos europeos.
“Previamente al inicio del mundial ya estábamos instalados en Europa, atendiendo todas las situaciones. Todo esto conforma al trabajo previo. Cuando estamos en la concentración arranca el trabajo específico, diariamente, sobre la base de dos objetivos: la detección temprana de la posible sobrecarga mecánica, que pueda ocurrir en entrenamientos o partidos y la intervención temprana antes de que la lesión se produzca. Por eso estamos todo el tiempo interviniendo en la parte de la recuperación, tanto individual como colectiva”, precisó.
“Trabajamos con metodologías de disminución de impacto de la fatiga así como también individualmente resolviendo las pequeñas sobrecargas mecánicas para que eso no pase a una lesión concreta. De ocurrir esta última, tenemos que intervenir con otras herramientas. La característica de un torneo como lo es un mundial, donde el jugador tiene que estar en su óptima condición, implica que tenemos que resolver rápido y bien una lesión”, añadió el profesional.
