En noviembre, un grupo de vecinos y ex-socios decidió conectar anhelos con acción e inició un recorrido que tiene como objetivo el resurgimiento del antiguo Club YPF, cuyo ocaso se remonta a los primeros dos años de la década del ‘90.
Para no dispersar esfuerzos y dar una dirección más firme a las gestiones, el grupo conformó la Asociación Civil Club Social Cultural y Deportivo Ypefianos, cuya personería se tramita en forma express, por lo que podría ser otorgada en breve.
Entretanto, y siempre con la premisa de no perder el anclaje con la identidad compartida, representantes de una comisión organizadora integrada por quince personas iniciaron los primeros contactos con los actores que tuvieron y tienen que ver con la institución, el predio en el que funcionó y su capital simbólico.
Por el momento el espacio en el que se llevan adelante las reuniones es el club Astilleros de Ensenada, propuesto como sede provisoria de cara a la obtención del correspondiente reconocimiento legal.
Tendiendo puentes
Uno de los preceptos acordados por el grupo es el de trabajar en forma horizontal, consensuando cada paso a dar. Por razones operativas, se delegó en José Manuel Zdonek, presidente de la comisión organizadora, la responsabilidad de brindar detalles respecto de las gestiones que vienen encarándose.
José tiene hoy cincuenta y cinco años y pisó el club por primera vez cuando tenía siete. Allí aprendió a nadar y compitió hasta los 13 años, fue guardavidas desde los 18 y conoció a su ahora ex-esposa, con la que tuvo tres hijos.
“Mi caso es el de muchísima gente que transitó por el Club y tiene mil historias para contar. Muchas personas se conocieron ahí: en los bailes o en el quincho, jugando al fútbol, al básquet o al tenis criollo”, menciona.
En las últimas semanas, la misión fue establecer contactos iniciales con referentes de YPF, el Supeh Ensenada y el Puerto La Plata, bajo cuya jurisdicción se encuentra el predio en el que funcionara el histórico club.
“Después de una serie de averiguaciones, advertimos que el Club YPF no tenía personería jurídica, porque era una dependencia de la destilería; para competir en fútbol y básquet se usaban la personería jurídica de la Federación. Convocamos así a una asamblea de ex-socios y decidimos en ese marco iniciar todos los trámites necesarios para dar pasos seguros en terreno legal”, reseña Zdonek.
Teniendo en cuenta que el nombre del ex-club la invoca, uno de los primeros puentes se tendió hacia la empresa YPF, haciendo contacto con un ejecutivo de la Refinería regional de la petrolera. En charla informal, se habló del proyecto y se mencionó lo oportuno que resultaría que la empresa acompañara la iniciativa, en el marco del vínculo que la une con la comunidad local y de la reciente celebración de su centenario.
En los mismos términos se conversó con referentes de la actual conducción del SUPeH Ensenada. “Tal vez se pueda llegar a algún acuerdo para que afiliados al gremio tengan un espacio de recreación más cercano al que está en Los Talas”, expone Zdonek, refiriendo que otra idea que surgió recientemente fue la de tratar de entablar un vínculo con el CENARD, que quizás sirva para proyectar un espacio que permita que entrenen en la zona deportistas de alto rendimiento a los que hoy les resulta incómodo trasladarse a CABA.
La recuperación del espacio, advierten desde el grupo, permitiría a mucha gente contar con una alternativa para acercarse al deporte o compartir actividades recreativas. Ese es también el mensaje que procurarán transmitir a las autoridades del Consorcio de Gestión del Puerto y a las de las municipalidades de Ensenada y Berisso.
“En los próximos días, ya con nuestra personería, vamos a entrevistarnos con una persona que tiene una importante experiencia en lo que hace a la recuperación de instituciones deportivas. También pensamos asesorarnos en términos legales acudiendo al conocimiento de profesionales de la UNLP”, señala Zdonek.
Las instalaciones del que fuera el Club, advierte, están ‘blindadas’ por una Ordenanza ensenadense que protege a varios edificios históricos que forman parte del patrimonio de la comuna. Por eso, también habrá que tratar de construir consenso en términos políticos, mientras se trata de hacer foco en fuentes viables de financiamiento que permitan poner de pie a la institución en los hechos.
“Nos ilusionamos con la posibilidad de reconstruir el club y seguramente pediremos colaboración tanto al gobierno como a las grandes empresas de la región. De no recibir ayuda, también se podría comenzar a reunir fondos con el alquiler del salón, acondicionando una cancha de fútbol para que funcione una escuelita o abriendo un buffet para trabajadores del polo petroquímico”, enumera finalmente Zdonek, aseverando que el camino es largo, pero que el anhelo de tanta gente puede resultar un motor poderoso.
