Amigos y familiares de Dardo Herrera lo recordaron en el día en que hubiera cumplido años. Hubo poesía, música, momentos emotivos y un entrañable gesto simbólico.
En el lugar solían reunirse a compartir alguna que otra tarde de música, poesía y momentos inolvidables. El viernes de la semana pasada, amigos y familiares del poeta Dardo Herrera volvieron a acercarse a la vera del canal Génova, a unos doscientos metros del embarcadero en dirección al río, para evocarlo en el día de su cumpleaños, con el cariño que le prodigaron siempre.
El homenaje surgió a propuesta del productor ribereño Leonardo Corazza y de Mariana Molina. Apenas planteada la idea, se sumaron otros amigos y finalmente se decidió dejar una marca física en ese lugar de encuentro. Además de un banner que brinda algunos datos de trayectoria y personalidad del bautizado ‘poeta suburbano’, se dejó instalada una pequeña placa junto a un algarrobo que crece a escasos metros del canal.
El árbol fue plantado allí años atrás por el escultor Carlos Moreyra, otro gran amigo de Herrera. “Lo trajo desde San Jerónimo, provincia de Santiago del Estero, en donde nació mi papá y desde donde vino cuando tenía un añito”, reveló emocionada Mariela, hija del poeta, resaltando aquel ‘espíritu bohemio’ que siempre guió al grupo.
Durante el homenaje se entregó un librito alusivo, en el que se caracterizó a Herrera como “un poeta sin pelos en la lengua, siempre presente y mostrando la verdad al desnudo”, poniendo de relieve que, como todo escritor, su misión fue trascender ‘derramando tinta en el papel y dejando huella en los corazones’.
A lo largo de la tarde, que se hizo noche emotiva, volvieron a contarse anécdotas y hubo guitarra, recitado, canto y vino. Se tornó vívido el recuerdo de tantos encuentros poéticos transitados y de aquel hombre ‘de estilo particular y callejero’, que fuera distinguido como socio honorario del Club del Blues y en los últimos años de su vida, antes de partir el 8 de septiembre de 2018, grabara algún tema con La Blues Oil y La Blues Local.
