Golondrinas domésticas (Foto: Julio Milat)
Especialmente durante la tarde del miércoles, la esquina de Montevideo y 15 se transformó en auditorio privilegiado para los amantes de la naturaleza, ofreciendo un imponente espectáculo que también atrajo al público curioso.
Cientos de golondrinas domésticas y un número importante de estorninos desplegaron su danza en el cielo, ballet al que se sumó un gavilán mixto, que azuzó a la bandada, obligada a ofrecer varios ‘bises’.
El fenómeno representa una buena oportunidad para conocer más acerca de estas aves y su comportamiento, a través de la experiencia y el conocimiento de naturalistas berissenses como Juan Klimaitis y Julio Milat. El primero compartió una rica reseña de la secuencia que ofreció la tarde del miércoles, el segundo repasó en sus cuentas en redes los tipos de golondrina que suelen verse en Berisso.
Las golondrinas, apunta Milat, son aves adaptadas para pasar muchas horas en el aire gracias a su cuerpo aerodinámico (alas largas y puntiagudas y colas furcadas o ahorquilladas).
De la familia Hirundinidae estas aves anuncian con su llegada el comienzo de la primavera. En el caso de Berisso en estos días, los dormideros que habitan son el refugio previo a su migración. Se trata de especies controladoras de insectos y en estas últimas semanas han sido notables aliadas en la eliminación de mosquitos.
En la Argentina pueden encontrarse ejemplares de unas 15 variedades, todas migratorias, mientras que en la ciudad sobresalen cuatro. La que sigue es una reproducción textual de la descripción que Julio Milat hace de esas cuatro especies:
Golondrina doméstica (Progne chalybea)
Esta especie, como su nombre lo indica, es la más urbana de todas y la que más fácilmente podemos observar. Tiene 19 cm. La cabeza y el dorso son azules pero se ven negruzcos y la parte ventral de un blanco algo sucio. Anida en caños, debajo de aleros y taparrollos de ventanas. Bastante planeadora con un gorjeo corto y musical. Al finalizar el verano se juntan de a miles en dormideros, utilizando las arboledas de la ciudad. Esta golondrina en su migración al norte llega hasta Centroamérica y el norte de América del Sur.
Golondrina de ceja blanca (Tachycineta leucorrhoa)
Esta especie es más pequeña que la anterior (14 cm.). Se la encuentra en ambientes más abiertos, bordes de ciudades y áreas rurales. Cabeza y dorso azul oscuro, parte ventral blanca y una ceja blanca que origina su nombre. Muy activa, canto borboteante y vuelos bajos y medios sobre pastizales. Nidifica en huecos de árboles y en nidos abandonados de otras aves. Suele alertar a otras especies de aves la presencia de aves rapaces como los halcones, expertos en la captura de aves pequeñas. Esta golondrina en su migración llega hasta el norte de nuestro país y países limítrofes.
Golondrina parda (Progne tapera)
Tiene unos 17 cm, dorsal de color pardo y ventral blanco, solo interrumpido por un collar también pardo. La podemos observar en pastizales arbolados y también en áreas rurales y urbanas. Suele andar en parejas y grupos familiares. Vuela con planeos extensos y poco aleteo. Nidifica en cavidades y utiliza los nidos de Horneros abandonados, y a veces, compite con el propio constructor del nido. En su migración llega hasta el norte de Sudamérica y Panamá.
Golondrina Tijerita (Hirundo rustica)
Golondrina muy llamativa y la más colorida de las cuatro. Cola larga y muy ahorquillada (de allí su nombre). Frente y parte superior del pecho rojizas, con pecho y abdomen canela. Muy buena voladora y planeadora, de vuelos a baja y media altura sobre pastizales y espejos de agua. Esta especie sí llega desde el hemisferio norte (Norteamérica, Alaska y Canadá) donde nidifica y hasta hace unos años pasaba su tiempo de invernada en nuestro país. Hace unos años (en los ochenta) se descubrió que parte de esa población comenzó a nidificar en nuestro país, con los primeros registros en el sur de la provincia de Buenos Aires y de allí su expansión hacia el norte y hacia Patagonia. Entonces en nuestra primavera convivían ejemplares migratorios originales con nidificación en el hemisferio norte, con esta población de ‘rebeldes’ que comenzaron a hacerlo en tierras bonaerenses. En el año 2018 vi los primeros nidos en Berisso, ubicados característicamente debajo de puentes. En enero de 2019 pudo localizarse el nido más urbano de esta especie debajo del Puente Roma. En estos dos últimos años tenemos Golondrinas Tijeritas por todos lados: todo lo que vuela sobre el agua en todos los cursos de agua de la región (Delta de Río Santiago y playas de Berisso) son golondrinas de esta especie. Es un claro ejemplo de una especie en expansión. Al llegar el final de verano, la población original vuelve a Norteamérica para seguir los mandatos originales de nidificar allí y la población que nidifica aquí llega hasta el norte de América del Sur. Sin dudas un cambio de conducta y migración apasionante.
