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Vecinos indignados en Villa Progreso

10:21hs
viernes 5 de abril, 2024


“No se necesita de un gran despliegue para mejorar la situación”, consideran en el barrio, pidiendo soluciones a las autoridades municipales por anegamientos crónicos.


“Sentimos bronca, enojo, desilusión; estamos completamente abandonados”, se escucha la queja de vecinos del barrio berissense Villa Progreso. Es que hace años, según describen, efectúan insistentemente reclamos a la Municipalidad para mejorar sus condiciones de vida sin obtener una respuesta satisfactoria. Cada lluvia resulta para la zona un verdadero trastorno, al que se suman problemáticas de infraestructura urbana de diversa índole.

Los vecinos más afectados, explican, son los que viven en un perímetro aproximadamente definido por calles 125 a 130, de 70 a 74. Son más de 150 familias las que piden que se realicen obras para que drene el agua que según afirman “llega a la rodilla cada vez que llueve”.

En los últimos días, Judith, vecina del lugar, ofició de vocera del grupo ante las cámaras de medios nacionales, para expresar su indignación. Es que frente a su casa se sitúa el llamado ‘pulmón del barrio’, que se convierte en una laguna “cada vez que caen dos gotas”. Tras las tormentas intensas de semanas atrás, el lugar se convirtió en ‘reservorio de dengue’ y ‘refugio de todo tipo de alimañas’, afirma.

La vecina cuenta que pidieron que se rellene el espacio para convertirlo en una plaza, pero no encontraron eco. En  contraposición advierte que las autoridades se acercaron en período de elecciones para colocar luces, que según describe ‘ya no funcionan’ y volcar algo de mejorado en las calles.

Las obras no cambiaron en nada las condiciones de vida y los vecinos continúan reclamando obras que los libren de quedar anegados. Estiman que la limpieza de zanjas y el perfilado del arroyo El Pescado podría ser parte de la solución, pero la respuesta que reciben es que “no hay maquinaria o que no hay gente”.

Cansadas por los constantes desbordes, durante el domingo de Pascua Aldana y su mamá se pusieron a destapar la zanja dando cuenta de que ‘no se necesita gran despliegue’ para que llegue la solución.

“La zona se inunda desde siempre, pero desde que empezó el año está cada vez peor, las calles son intransitables, las paredes de las casas se llenan de humedad y hongos, el agua entra al menos en mi casa hasta por el baño. Caen dos gotas y estás con el recuerdo del dos de abril en la cabeza”, asegura la joven vecina.

“El martes de la lluvia tuvimos que abandonar nuestra casa con mi mamá. Ambas estamos solas y nos arreglamos como podemos”, añade, explicando que la situación le genera complicaciones en todos los planos, incluso el laboral. “Soy manicura, tengo mi oficina en mi casa y los días de lluvia no puedo trabajar. Mi mamá trabaja en una empresa privada en el centro y tiene que salir con el agua por más que no se pueda porque pierde el presentismo y eso nos afecta económicamente. Es un total abandono. Las calles llenas de suciedad, las zanjas no desagotan, la verdad que no se puede vivir así”, expresa.

En días de tormentas torrenciales, algunos vecinos salen en kayak para asistir a otros, la mayoría usa bolsas en los pies para no mojarse y no hay posibilidad de que ingrese ningún tipo de vehículo para asistir a los vecinos con problemas de salud. Para peor, el problema persiste varios días luego de que deja de llover.

No importa el caudal, agua siempre

La situación que provocaron las fuertes tormentas de semanas atrás pudo haber sido excepcional. Sin embargo, este miércoles, con un caudal mucho menor de agua caída, las calles del barrio exhibieron una situación igualmente triste. En 72 entre 126 y 127 la circulación se hace poco menos que imposible, por lo que hay que buscar alternativas por calles de tierra. También las zanjas se muestran a punto de desbordar, lo que alimenta la intranquilidad de los vecinos.






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