En el marco de una iniciativa denominada “Esquinas de la Memoria”, el cruce de 26 y 171 lleva ahora el nombre de Juan Ángél Gómez.
Durante la mañana de este jueves se ofreció un homenaje al vecino Juan Ángel Gómez, quien participara como civil de la guerra de Malvinas. En el marco del programa “Esquinas por la Memoria”, que lleva adelante el CEVECIM junto a la Dirección municipal de Derechos Humanos, se colocó en la esquina de 26 y 171, un cartel que lleva el nombre del veterano, fallecido en 1993. La señalética se suma así a la que recuerda a los ex-combatientes Argentino Cáceres en 10 entre 144 y 145 y Roberto Holguín en 10 y 144.
Del homenaje participaron Norma, esposa de Gómez, y su hija Mónica, junto a integrantes del CEVECIM, representantes de la Comuna, concejales y dirigentes de ATE, entre otros vecinos.
El presidente del CEVECIM, Jorge Di Pietro, destacó la acción ‘malvinizadora’ que promueve la Municipalidad con este tipo de acciones. “Estos reconocimientos no sólo son para la memoria de nuestros compañeros, son también para sus familias que fueron el soporte fundamental para que los ex-combatientes podamos seguir adelante. Este tipo de acciones nos dan energía para seguir levantando las banderas de Malvinas. Hoy más que nunca ante un gobierno nacional entregador de la soberanía decimos: Memoria, Verdad, Justicia, Soberanía, Paz y Democracia”, pronunció en su mensaje.
Juan Ángel Gómez nació el 2 de agosto de 1933 y se formó como enfermero, ejerciendo el rol en el Astillero Río Santiago y la antigua ELMA (Empresa Líneas Marítimas Argentinas), con la que navegó por diversos mares del mundo.
Desde la mencionada naviera fue convocado para sumarse a la tripulación del barco pesquero Narwal en la zona del conflicto, para cumplir tareas de observación. El navío fue atacado por aviones ingleses y sufrió serios daños por lo que sus navegantes debieron utilizar botes y balsas en pos de salvar sus vidas. Momentos después, indefensos, fueron víctimas del fuego de metrallas que produjeron daños a las pequeñas embarcaciones, lo que los obligó a permanecer varias horas asidos a elementos que les permitieran mantenerse a flote, con el cuerpo inmerso en el agua helada. Más tarde, fueron rescatados por helicópteros británicos y trasladados al Puerto de Montevideo, en Uruguay.
Esos hechos dejaron graves secuelas en la humanidad de Gómez, que con el correr de los meses se fueron agravando y afectando especialmente sus piernas. A pesar de los cuidados y tratamientos, falleció el 24 de mayo de 1993.
