A partir de reiterados hechos de estafas telefónicas que se registraron recientemente en la ciudad y finalizaron con la entrega de importantes sumas de dinero, la Secretaría municipal de Seguridad brindó una serie de recomendaciones preventivas.
Según detallaron desde el área, existen en el Código Penal al menos 45 tipos de delito que pueden configurarse de forma directa a través de dispositivos informáticos, es decir, del uso de tecnologías. Los delitos más frecuentes son los secuestros virtuales y el denominado ‘cuento del tío’. Durante el último tiempo también se detectaron otras modalidades que tienen como fin el acceso a los recursos económicos y/o materiales de las potenciales víctimas.
Aquellas personas que deseen obtener más información o asesoramiento podrán comunicarse la línea telefónica 461-2786 o el celular (221) 656-7873, correspondientes al Centro de Operaciones y Monitoreo (COM).
Para evitar que se materialicen los ilícitos, se recomienda ante una comunicación sospechosa, o que coincida con las características de las modalidades señaladas, efectuar la denuncia inmediatamente al 911.
Diferentes modalidades, un sólo fin
Hay diferentes artilugios que se llevan adelante para efectuar ciberdelitos. Por ejemplo, el ‘cuento del tío’ es un engaño que se realiza a partir de historias basadas en mentiras que constituyen una estafa y así obtener dinero u objetos de valor. En estos casos se utiliza una mentira o apelan al abuso de confianza. En general simulan ser un familiar o conocido, personal de una entidad bancaria o empresa prestadora de servicios. También puede ocurrir que el estafador se identifique como familiar que llama desde el banco diciendo que va haber un ‘corralito’ y pidiendo que se junte el dinero del que se dispone en el hogar para que ‘un hombre de confianza’ pase a buscarlo.
Otra de las estrategias consiste en hacerse pasar por personal de ANSES y hacerle creer al vecino que fue elegido para obtener un crédito. Acto seguido le explican que para depositarlo debe proporcionar el número de cuenta, el CBU y transferir un monto de dinero determinado. En igual sentido pueden comunicarse con la excusa de un premio y que, para poder recibirlo, se deben pasar los datos de la tarjeta de crédito.
Otra de las posibilidades es que se hagan pasar por personal de una entidad bancaria que informa que se presentarán en la vivienda para retirar los dólares o pesos que tiene guardados y canjearlos por una nueva numeración vigente.
Según se registró, los engaños más frecuentes se dan cuando los delincuentes se presentan como operarios de empresas de comunicaciones o en el ya mencionado supuesto llamado desde ANSES. En tal caso, si alguien recibe una llamada ofreciendo ayuda para el cobro del ‘Ingreso Familiar de Emergencia’ no debe aportar sus datos personales. Cabe remarcar que el organismo NO REALIZA llamados telefónicos para solicitar información personal.
Cuando se trata de un supuesto “secuestro virtual” se realiza una llamada falsa para obtener información. Generalmente, se inicia con una llamada simulada desde una institución (policial, hospital, etc.) diciendo conocer o estar con un familiar o allegado. El engaño lo logran manipulando psicológicamente, haciendo que la víctima aporte datos familiares o personales. Por tal motivo, es de suma importancia escuchar lo que dice la persona que llama y no agregar información al respecto, ya que una vez que el delincuente obtiene la información necesaria para iniciar la extorsión procede a indicar que en realidad esa persona ‘está secuestrada’, pidiendo dinero para su liberación. En ocasiones, el delito se comete junto a una tercera persona que cumple el rol del supuesto secuestrado aprovechando el nerviosismo de la víctima.
Ante las situaciones descriptas, se recomienda mantener la calma, dado que el delincuente aprovecha el nerviosismo para obtener datos. También es preciso dudar ante llamados que hablen de premios, créditos, dinero rápido y fácil, y de visitas sin solicitud previa o aviso de una empresa.
Se sugiere además no entregar información personal como dirección, teléfonos, números de cuenta bancaria, donde se encuentra, si vive solo, etc; no entregar dinero o bienes y llevarlos a un desconocido; cortar la llamada y, en el caso de no poder, argumentar que no hay cobertura o se está agotando la batería.
En el caso de que se trate de un supuesto “secuestro virtual” se pide que se solicite al secuestrador datos o características de la víctima para que se pueda comprobar la veracidad del hecho.
Además se recomienda intentar comunicarse con la persona “secuestrada» a través de otra línea o vía de comunicación para comprobar que la persona está bien. Si no es posible, por tener la línea ocupada, intentar que algún allegado se comunique. La recomendación es aquí cortar la comunicación ni bien se comprueba que el familiar o allegado está a salvo.
