La muerte de Alfredo ‘el Bebe’ Zanaroni sacudió recientemente a familiares, amigos y a gran parte de la comunidad local. Una falla cardíaca mientras disputaba una jornada de golf con amigos en la provincia de Córdoba terminó llevándose la vida del reconocido médico tocoginecólogo.
Zanaroni había nacido en La Plata el 5 de abril de 1957. Fue hijo único y cursó sus estudios secundarios en el colegio Normal 3, uno de sus lugares entrañables, para luego formarse profesionalmente en la Facultad de Medicina de la UNLP.
“Nos conocimos en 1980, estuvimos 4 años de novios y 38 de casados, en los que tuvimos a nuestra hija Juana”, contó su esposa Susana Moschen, accediendo gentilmente a compartir una reseña biográfica del apreciado galeno.
En ese plan, también se refirió al sobrenombre que lo marcó por años. “El apodo se lo pusieron cuando ingresó al Hospital de Berisso como practicante, a los 19 años de edad. Comenzaba a cursar el tercer año de su carrera. Lo apodaron ‘Bebe’, porque en la guardia que iniciaba los jueves, a cargo del Dr. Rojas, era el más joven. Todos sus compañeros lo llamaron así siempre”, expuso, recordando también que la llegada al Larrain fue de mano del Dr. Albina y que en Berisso también atendió en la Unidad Sanitaria 43. En el hospital, después de ser prácticamente fue médico de guardia, luego jefe y más tarde tuvo el privilegio de ser designado director.
“A pesar de haber vivido siempre en La Plata, su carrera profesional la hizo prácticamente completa en Berisso. También fue después uno de los fundadores de la clínica ubicada en 80 entre 6 y 7. Tenía un compromiso total con los que menos tenían y en su clínica lo demostraba atendiendo y operando en muchos casos sin pedir honorarios. Visitaba a los pacientes que no podían trasladarse a sus casas”, repasó Moschen, testigo y muchas veces participante de esas visitas.
Más allá de su profesión, Zanaroni era un devoto del golf, deporte que practicaba con amigos en el Hípico de City Bell. Era también un apasionado de Gimnasia y Esgrima La Plata y le gustaba viajar y salir de pesca. “Le encantaba cocinar; era un gran asador. Le gustaba compartir momentos con sus amigos. Fue un ejemplo de amistad, siempre atento a lo que le pasaba a sus amigos en los distintos órdenes de la vida”, subrayó su esposa.
“Rescato lo humano y el compromiso de Alfredo con los que menos tienen. Por eso, el Hospital le llevó una gran parte de su salud; le parecía que todo lo que hacía no alcanzaba. Tenía un gran sentido de lo que representa la salud pública. Las reformas de la guardia y de otros sectores las vivió día a día, estando atento a cada cosa que se podía hacer o agregar”, recordó luego Moschen.
En cuanto a su estado de salud en los últimos tiempos, mencionó que desde hacía alrededor de un mes acusaba una dolencia en la cintura y una pierna. No parecía preocuparle, luego de superar el año pasado un episodio importante que afectó su situación.
“Creo que cumplió su ciclo en la vida y Dios le eligió un lugar para irse al lado de sus amigos, porque mientras que uno lo trataba de reanimar, otro rezaba y otro le tenía las manos. Creo que fue una muerte que hubiera elegido”, confesó con emoción.
A pesar de que su lugar de residencia seguía siendo La Plata, el velatorio se efectuó en la ciudad de Berisso, una decisión nacida desde el grupo familiar y de su entorno. “Con mi hija y nuestros amigos, porque somos hijos únicos y ellos son como nuestros hermanos, decidimos darle la despedida en Berisso porque ese era su lugar”, argumentó Moschen.
Múltiples muestras de afecto
Las expresiones de acompañamiento y de dolor por la pérdida fueron innumerables, al igual de la cantidad de personas que compartieron su despedida. Familiares, amigos y colegas dejaron asentados por distintas vías sus sentimientos, aludiendo en varios casos a historias compartidas.
En redes sociales la Agremiación Médica de Berisso despidió con afecto a su agremiado, durante un tiempo prolongado jefe de guardia de los jueves en el Larrain. “Hasta siempre Bebe… Varias generaciones de berissenses te lloran y te despiden muy tristes en tu temprana partida”, expresaron referentes de la entidad.
En similares términos se despidió Jorge Nedela, quien fuera intendente en los años en que Zanaroni dirigió el Larrain. “La vida nos regaló la oportunidad de trabajar juntos y compartir sueños. Conocí en vos a un gran ser humano que supo estar en los momentos difíciles y también ser parte de la alegría por alcanzar los objetivos que nos propusimos”, expuso el ex-jefe comunal. “Berisso te llevará siempre en su corazón por todo lo que te brindaste y muy especialmente por la extraordinaria tarea llevada adelante en nuestro Hospital”, puntualizó también.
También fueron sentidos los mensajes que siguieron a la publicación relacionada con la pérdida efectuada por las actuales autoridades del Larrain.
