Durante el primero de los dos días del paro dispuesto por los gremios docentes, la actividad dentro de los establecimientos educativos públicos de la ciudad fue casi nula. Cabe recordar que el último viernes, tras desechar un nuevo ofrecimiento que el gobierno de la Provincia presentara en el marco de las negociaciones paritarias, los gremios que nuclean a los docentes bonaerenses decidieron no acatar la conciliación obligatoria, ratificando de esa forma su adhesión a la huelga por 48 horas dispuesta por seis sindicatos nacionales que reclaman una paritaria que alcance a todos los docentes del país.
En la ciudad, fueron varios los establecimientos en los que se informó con carteles en la puerta cuáles serían los cursos que contarían con presencia docente y cuales deberían esperar hasta el miércoles para el comienzo del ciclo lectivo 2017. En algunos casos, la comunicación fue taxativa, transmitiendo directamente que no habría clases ni lunes ni martes.
Entretanto, referentes de los gremios que integran el Frente Gremial Docente en Berisso (esencialmente SUTEBA y la UEBe, entidad de base de la FEB) dijeron presente en la ciudad de Buenos Aires, sumándose a la masiva concentración que tuvo lugar frente a la sede del Ministerio de Educación de la Nación.
Consultado acerca de lo que advirtió en el distrito durante la primera jornada de paro, el dirigente de SUTEBA y director de la ESB N°7, Floreal Prieto, expuso que el nivel de acatamiento en las escuelas públicas estuvo en el orden del 85 por ciento. Para Prieto, quienes asistieron a dar clases, lo hicieron ‘por convicción política o por miedo’. Es preciso recordar en este punto que las autoridades provinciales anunciaron que no se pagaran los días de paro.
Por otro lado, el dirigente se refirió a una nota firmada por la Jefa de Inspección distrital, Sonia Moroziuk, mediante la que se pidió a los establecimientos que se informe vía planilla qué docentes se sumaron a la medida de fuerza. «Es una locura que pidan los nombres de los docentes que adhirieron al paro», señaló, considerando la medida un ‘apriete típico de la época de la dictadura’, con el único objetivo de ‘amedrentar’.
En el caso puntual de la EP N°3, fueron más los docentes que eligieron concurrir a dar clases que los que se plegaron a la medida de fuerza. Hubo en cambio instituciones como las primarias 2 y 18, en las que el nivel de ausentismo docente fue total. Por el lado de las escuelas privadas, salvo en algún caso muy puntual, las clases comenzaron en forma normal tanto en jardines como en primarias.
