Una ex-alumna, docente y madre de la Técnica 2 describe lo que el colegio ‘Industrial’ representa para varias generaciones de berissenses.
A través de una carta abierta titulada “El Industrial de Berisso, mi pasado, mi presente y mi futuro” que hizo circular en los últimos días, una docente, madre y ex-alumna de la Técnica compartió un emotivo repaso de lo que representa la institución para muchos berissenses. Por esa vía convocó también al conjunto de la comunidad a acompañar el miércoles 2 el inicio del nuevo ciclo lectivo, tanto del turno mañana (a las 7:30) como del turno tarde (a las 13:00). El que sigue, es el texto completo de la carta.
“Quizás muchos de ustedes lectores no conocen el estado edilicio en que se encuentra el querido Industrial de Berisso, pero es algo que pueden investigar y buscar fotos en los medios, en las redes, etc.
Hoy el motivo de mi carta es contarle por qué es importante que se ponga en pie nuevamente el Industrial. Es sólo una experiencia personal pero quizás eso les ayude a entender lo que para mí y mi familia representa.
Nací y crecí hasta cierto tiempo en una sociedad en que las nenas jugaban a la mamá, a la maestra o a la secretaria, ‘a ser mamá’ me enseñaban en casa y muy bien, maestra ya estaba decidida a serlo, secretaria no era para mí… Yo quería jugar con herramientas, tener mi propio taller, armar y desarmar a mi antojo. Si bien había talleres en el Jardín y en la escuela primaria a la que fui, al ser nena no podía elegir esos talleres, debía elegir tejer, bordar o pintar jabones Ja ja ja!
Yo quería jugar con herramientas. Eso no me fue posible hasta la secundaria donde podía elegir ir a una escuela Técnica, donde podía entrar en un taller, donde podría tener carpintería, herrería, electricidad, etc. Era mi sueño hecho realidad.
No fue fácil mi decisión, mi elección me costaría algunos sacrificios: por un lado el ir a escuela de doble jornada donde la mayoría de la veces no tenía para llevarme una vianda, mucho menos tenía para comprar algo y muchas veces no podía volver a casa porque me agotaría los pasajes que era limitados por cuestiones económicas.
A veces caminando, a veces en una bicicleta regalada, a veces con la zapatillas gastadas, a veces con el alma estrujada de tristeza pero a la escuela iba igual, porque era mi decisión porque “era lo que había podido elegir”, porque era lo que me iba a permitir tener un trabajo, porque era mi lugar. Como alumna disfrute cada etapa de la escuela al punto tal que me permití soñar con seguir estudiando en la Universidad, algo que nunca estuvo en mis ambiciones, en mis sueños.
Con los años tuve el privilegio de volver como docente. Tendría la posibilidad de devolver a la escuela un poquito de todo lo que me dio en aquellos años de adolescencia, la contención, el cuidado, la empatía, el reconocimiento, la formación, etc, etc. Tengo el privilegio de trabajar a la par con algunos de aquellos que colaboraron con mi formación y como si esto fuera poco hoy me toca confiarle a esta querida escuela la formación de mis amados hijos.
Hoy la escuela cuenta con personas que aman la escuela, aman su trabajo y sobre todo aman la educación. Puedo mencionar a muchos pero me gustaría mencionar a algunos de ellos, como ejemplo de calidad de personas y profesionales: Víctor, ex-preceptor, profesor, jefe, no importa que puesto ocupe, siempre cordial, eficiente y colaborativo; la querida Moni. el alma de la Biblioteca siempre dispuesta a ayudar y solucionar los problemas a los chicos… Dicen que un buen bibliotecario no tiene la respuesta a todo pero sabe a dónde buscarla; así es Moni. En el taller a la mañana se encuentran con Tito Díaz. el motor del taller: organiza, dirige, supervisa, corrige con énfasis y compromiso; Betty la preceptora que anima, motiva, contiene y persigue a los alumnos para que logren el éxito en su trayectoria y me despido hablándoles del profe Leandro, siempre accesible a responder inquietudes de los alumnos, acompañarlos en los proyectos y trabajar en lo que se necesite entrega de medallas, actos escolares, etc. Ellos son un ejemplo de la calidez que podrán encontrar en el querido Industrial.
Por ellos, por los alumnos, por las familias que confiaron lo más valioso que tiene a esta querida Institución es que el Industrial debe recuperar su esplendor.
Invito a aquellos que tienen sus hijos en la escuela, así como a aquellos que han trabajado aquí o por algún motivo tienen al Industrial en sus corazones, a acompañar a los alumnos, docentes, preceptores y auxiliares el 2 de marzo, para hacer el comienzo simbólico del ciclo electivo 2022, en sus respectivos horarios: a las 7.30 a la mañana, a las 13:00 a la tarde. Este pequeño acto es para mostrar el anhelo que tenemos todos de dar y recibir clases”.
