Denise Kviatcovsky nació el 13 de agosto de 1985 y caminó durante los primeros años de su vida en las callecitas del barrio Banco Provincia. Hoy, con 33 años, se encuentra cursando un posdoctorado en el Instituto Weizmann de Israel, considerado como uno de los mejores centros de investigación del mundo.
Descubrió su interés por las ciencias naturales cuando se encontraba transitando sus estudios primarios en el colegio Basiliano y si bien no reconoce un episodio puntual que la hiciera optar por esta asignatura, recuerda que ya desde temprana edad la atraían los programas y las revistas de ciencia.
“En los últimos años de la secundaria tenía un profesor de Biofísica que definitivamente me inspiró a elegir la carrera. Hablábamos mucho de las carreras del futuro y de ciencia así como de las infinitas herramientas con las que contamos al estudiar una carrera universitaria. Se abren muchas puertas cuando uno las busca y tiene claro lo que quiere”, compartió la científica berissense.
Fue así como se decidió a estudiar Licenciatura en Biotecnología y Biología Molecular en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata, lugar que no sólo le brindó herramientas teóricas y prácticas en su campo sino que además le regaló un grupo de amigos con quienes hasta el día de hoy mantiene contacto.
“Contar con un grupo sólido de amigos hizo que el tránsito por la universidad fuera mucho más ameno y pasara más rápido”, destacó Denise, resaltando también el rol que supieron ocupar cada uno de sus profesores, hasta hoy presentes para ayudarla en lo que pudiera necesitar.
Mientras cursaba su doctorado, Denise viajó a México luego de ganar una beca y participó de congresos internacionales tanto en ese país como en Estados Unidos.
En lo que respecta a vivencias recogidas del trabajo en laboratorios del exterior, la joven científica subraya la experiencia cosechada en 2015 y en 2017, cuando viajó a Toulouse, Francia.
“Allí fue cuando realmente me di cuenta lo que significa estar lejos, pero a la vez me sentí muy afortunada de conocer gente nueva, otras formas de trabajar, otro idioma y cultura”, subrayó.
Actualmente, y desde hace cuatro meses, Denise vive en Rehovot. En el Instituto Weizmann de dicha ciudad estudia el efecto de la macrobiótica intestinal sobre la respuesta inmune en el pulmón.
Los días de Denise en el Instituto comienzan alrededor de las 8:30, momento en el que ingresa al laboratorio, y finalizan hacia las 19:00. Sus horas transcurren en parte en el trabajo y en parte disfrutando de los espacios verdes, los restaurantes, las piletas y todas las instalaciones de primer nivel de la institución.
Pero Denise no está sola en la pequeña ciudad ubicada a 20 minutos de Tel Aviv. Desde hace 2 años comparte su vida y la beca de estudios con Javier Peralta Ramos, tandilense de 36 años a quien conoció en un congreso de la Sociedad Argentina de Inmunología.
“Compartir esta etapa de mi vida con mi pareja, tanto a nivel personal como profesional, es super enriquecedor. Estar lejos de la familia y amigos, así como también generar nuevos lazos afectivos en el exterior y adaptarse a un nuevo país, es mucho más fácil cuando nos tenemos el uno al otro y nos apoyamos mutuamente”, contó Denise.
Durante los fines de semana, la Doctora aprovecha el tiempo libre junto a su novio para pasear y conocer Israel, un país al que encuentra particularmente interesante, por sus montañas, mar, desierto y fundamentalmente por su historia.
En el mediano plazo, se imagina terminando su posdoctorado en Israel y retornando a su país, con la ilusión de trabajar en ciencia, sea en el sector privado como en el público.
“Mi regreso a Argentina dependerá de cómo esté la situación económica y científica en el país. Creo que tengo tiempo aún para elegir el mejor momento para volver y establecerme definitivamente”, concluyó.
