Por Facundo Pereyra
Qué difícil resulta plasmar palabras en un papel, ante una pérdida tan grande para los que amamos el fútbol como fue la de Diego Maradona.
Me es imposible separar el fútbol y la música, mis dos pasiones, y en este relato, tal vez osado, hago un paralelismo de la dimensión de Maradona con artistas que también me llenaron el alma.
Cuando hablamos del diez, todo se traduce a esa zurda mágica que hizo deleitar al mundo, ese mismo hemisferio izquierdo que poseen otros grandes dioses terrenales. Me vienen a la mente Paul Mc Cartney, Jimy Hendrix, Tonny Iommi (guitarrista de Black Sabbath), Mark Knopfler, quienes brillaron a través de su arte e instrumento.
De pendejo, mi vida giraba solamente en futbol y música, música y fútbol. En esa pasión también está Gimnasia. Recuerdo allá por el año ‘95, cuando Maradona decidió calzarse nuevamente la casaca de Boca, ver el fixture para saber el partido del lobito contra el Boca del Diego.
Cierro los ojos y ese recuerdo imborrable de ver a Maradona en el césped se me tatúa en la mente. Gimnasia fuera del bosque, haciendo de local en cancha de Vélez y un estadio en el que no entraba un alfiler.
El triperío fue ubicado en la platea alta local, a lo lejos entre el grito ensordecedor de los hinchas de Boca por la salida de su equipo. Una hinchada saluda al mejor, que fue recibido saludando una y mil veces a esa tribuna visitante, pero local. El resultado fue solo una anécdota. Me llevé la alegría de ver al diez. La paradoja del destino hizo que Diego sea honrado en la última etapa de su vida por ese Lobo, el de mi abuela.
Disfruté como cada argentino de ese pibe de Villa Fiorito, que salió de clase pobre, trabajadora, que con su talento hizo deleitar a cada rincón del planeta… Y otra vez se me entremezcla la música, por no poder obviar a Iron Maiden, banda sonora de mi vida. También dios en el bajo, su creador y alma mater, Steve Harris, emergió de la clase trabajadora y con su talento llegó a lo más alto.
Me quedo con una frase de Fontanarrosa que define el sentir por dieguito. “Qué me importa lo que Diego hizo con su vida, me importa lo que hizo con la mía”.
Cierro este homenaje con retazos de frases de bandas que me marcaron una filosofía de vida. Se me cruza Anathema y el significado de la muerte: ‘Life is not the opposite of death. Death is the opposite of birth, life is eternal’ (La vida no es lo opuesto a la muerte. La muerte es lo opuesto al nacimiento, la vida es eterna). También me da por pensar que Diego se subió a esa escalera al cielo (Stairway to Heaven) de Zeppelin. Pero mejor pienso, como lo tradujo Iron Maiden, que Maradona estará ‘De aquí a la Eternidad’ (From Here To Eternity) en nuestros corazones.
