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Cien años del natalicio de Evita

8:02hs
martes 7 de mayo, 2019



Nació en la localidad de Los Toldos el 7 de mayo de 1919 producto del romance que el político conservador Juan Darte mantuvo con Juana Ibarguren. Con 16 años viajó a la Capital Federal donde trabajó en pequeños teatros y en la radio formando parte del elenco de radionovelas.

El 22 de enero de 1944, Evita conoció a Juan Perón, quien desde 1938 se desempeñaba al frente de la Secretaría de Trabajo de la Nación. Fue en el marco de un encuentro que se realizó para recaudar fondos destinados a los afectados por el terremoto que unos días antes había destruido la ciudad de San Juan.

El 22 de octubre de 1945, Evita y Juan Perón se casaron en la localidad de Junín, Provincia de Buenos Aires y luego en la iglesia San Francisco de Asís, ubicada en las calles 12 entre 68 y 69 de la ciudad de La Plata. La ceremonia se llevó adelante el 10 de diciembre de 1945.

El casamiento por Iglesia fue en secreto, en compañía de la familia y los más cercanos. La decisión llegó por recomendación del fray Pedro Errecart, un franciscano muy amigo de Perón, quien le sugirió, al ser candidato a la presidencia de un país católico, cumplir con la ceremonia. Los padrinos de la ceremonia fueron la mamá de Evita y Domingo Mercante. Finalizada la ceremonia se realizó una sencilla reunión familiar.

Perón había asumido en la Secretaría de Trabajo y Previsión en un contexto productivo que había mutado en su estructura debido

al desarrollo de la industria. Su función era centralizar la acción social del Estado y fiscalizar el cumplimiento de las leyes laborales. El protagonismo que tomó la figura de Perón agudizó la confrontación entre la oligarquía y el peronismo. El 13 de octubre de 1945, un sector del gobierno logró obtener la renuncia de Perón de sus cargos. Fue detenido y enviado a la isla Martín García. El 17 de octubre de 1945, que tuvo a Berisso como protagonista, hecho que le valió el nombre de “cuna del peronismo” una gran movilización obrera y sindical exigió su liberación. Logrado el objetivo, Perón se presentó a las elecciones de febrero de 1946 y obtuvo un rotundo triunfo.

Por su lado, Evita -a pesar de la popularidad de la que gozaba- no aceptó ningún cargo oficial y prefirió impulsar una política social desde la presidencia de la Fundación Eva Perón creada en 1948. Desde este espacio se elaboraban políticas para la realización de obras necesarias que permitieran consolidar una vida digna para los sectores populares. Se fomentó el trabajo y el estudio mediante el préstamo de dinero, herramientas de trabajo o becas y la protección de familias en condiciones de indigencia mediante la construcción de viviendas o la construcción de establecimientos educativos, hospitalarios y recreativos para los sectores sociales menos favorecidos. La institución llevaba adelante sus acciones bajo la política pública dependiente del Ministerio de Trabajo y Previsión; es decir, los recursos ya no dependían exclusivamente de donaciones privadas, sino también de una planificación estatal de lo recaudado mediante impuestos. Se distribuyeron libros, alimentos, ropa, máquinas de coser y juguetes a familias de los sectores más vulnerados socialmente.

En 1947, impulsado también por Eva Perón, se estableció que las mujeres argentinas tendrían los mismos derechos políticos y estarían sujetas a las mismas obligaciones que los varones argentinos. Por primera vez en la historia emitía su voto la mujer.

Otra política que impulsó fue la creación de los Juegos Infantiles Evita como herramienta de inclusión y promoción social. Por primera vez, niñas y niños de todo el país accedían al deporte social y a la salud, a través de revisaciones médicas.

Cuando se realizó la reforma constitucional de 1949, bajo la presidencia de Perón, Evita desde su lugar de influencia política impulsó igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida, así como los derechos del niño y de la ancianidad. Viendo sus características de líder política, en 1951, la Confederación General del Trabajo la propuso como candidata a vicepresidenta de Perón. Producto del avance de su enfermedad, el 22 de agosto de 1951 tuvo lugar el Cabildo Abierto del Justicialismo convocado por la CGT, donde Evita renunció al cargo con una emblemática frase: “Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi pueblo y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria”.

El 26 de julio de 1952, a los 33 años de edad, Eva Duarte de Perón falleció en Buenos Aires producto de un cáncer terminal. Tras su muerte, la CGT declaró tres días de duelo y la proclamó “Mártir del trabajo”.

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