Los cumplió la semana pasada el Dr. Ricardo Emmerich, un destacado pediatra de Villa Argüello, que ya forma parte de la identidad del barrio.
Se cumplieron la semana pasada cincuenta años desde que se graduó como médico el Dr. Ricardo Emmerich, reconocido pediatra berissense y uno de los inspiradores de la filial gimnasista que funciona en Villa Argüello, que de hecho lleva su nombre junto al de Hugo Carro, ex-futbolista fallecido en 2010.
Representantes de dicha filial compartieron esta semana un texto que el propio galeno escribió en sus cuentas en redes sociales, que representan cabalmente una trayectoria de cinco décadas dedicas a la ciencia y el arte de curar. El que sigue, es el texto firmado por el Dr. Emmerich en dicho posteo:
“Este 29 de septiembre representa un día muy trascendental en mi vida. Hace exactamente 50 años me recibía de Médico. Tenía 25 años recién cumplidos. Lograba ese sueño de la mano de mis compañeros de estudio, José Vich Cantallops y Sonia Perechodnik (mi esposa pocos años después).
Recuerdo la alegría de mi madre porque la fecha coincidía con el día de San Miguel Arcángel, patrono de nuestra parroquia del adorado barrio Villa Argüello, donde pasé mi infancia y adolescencia junto a mi querida hermana Zunilda. Las lágrimas de mi padre, repartidor de diarios desde muy pequeño en la ciudad de Berisso, viendo realizarse un gran sueño en su vida: el de “M’ hijo el dotor” (como titula su libro el escritor uruguayo Florencio Sánchez).
En mi mente se acumulan un sin número de recuerdos, que afloran a mi memoria en tantos años de ejercer la medicina. Revisando mi fichero me he dado cuenta que llevo atendida tres generaciones de pacientes, algo difícil de lograr. Varias niñas que recibí en el momento del parto luego fueron madres, y se han convertido en abuelas hoy. Me produce enorme reconforte y emoción verlas llegar al consultorio en compañía primero de sus hijos y, más tarde, de sus nietos.
Para todos y cada uno de ellos, solo tengo palabras de agradecimiento por haber depositado en mi persona la salud de lo más preciado de un ser humano: sus hijos.
Mis seres queridos me preguntan, si no siento la necesidad de jubilarme y dejar entonces la Pediatría; yo les respondo que no. Mi profesión es una de las cosas que más quiero en la vida. Mientras la salud intelectual y física me lo permitan, seguiré concurriendo a diario a mi consultorio de la Clínica del Niño y, semanalmente, a mi querida Sala 4 del Hospital Sor María Ludovica, donde fui Jefe de Sala durante más de 20 años
Con esta lamentable pandemia y por razones de edad, he suspendido transitoriamente la atención presencial de mis pacientes. A la brevedad estaré de regreso de manera presencial. No obstante, me he puesto desde hace tiempo a disposición de todos mediante la atención virtual, para que puedan contar conmigo frente a cualquier duda que necesiten resolver.
Por fortuna, este tiempo de aislamiento me ha permitido escribir un libro (ya les contaré), dedicado a mi profesión, el deporte y los amigos: tres fundamentales pasiones que me han acompañado a lo largo de mi vida….
Los abrazo, con profunda emoción, en el día de mis 50 años con la Medicina.”
