El abogado de la clínica afirma que la Asamblea del miércoles no es representativa. La energía de quienes quieren a la institución, dice, está puesta en recuperar cápitas del PAMI.
“Hacen ruido para sacarse una foto y salir en los medios”. El abogado de la clínica Mosconi, Daniel Mazzocchini, aseveró que la publicitada ‘Asamblea Extraordinaria’ que se efectuó el miércoles en el edificio del establecimiento de la salud no fue otra cosa que una “reunión de insurrectos” ya que “no estuvo autorizada por la comisión directiva, ni por el INAES, ni por un juez, ni por el IPAC”, que es la autoridad de aplicación en provincia en lo que hace al funcionamiento de este tipo de institución.
La última Asamblea legal de la cooperativa, explicó, fue la que se celebró el 17 de enero, con la participación de sesenta y dos cooperativistas activos, para votar los reemplazantes de seis asociados que dejaron su función en el Consejo de Administración y analizar la crítica situación financiera del establecimiento.
Consignando que el encuentro del último miércoles se efectuó incurriendo en la ‘usurpación’ del edificio, e insistiendo en la carencia de validez de la que denominó ‘pseudo-asamblea’, el profesional cuestionó también la participación del abogado y médico Juan Manuel de Rosa, quien tuvo un rol protagónico en la reunión.
“Levanta las banderas de ocho personas expulsadas de la cooperativa y la clínica y con perimetral por decisión judicial”, expuso, alegando que al estar vinculado con el gerenciamiento de otros establecimientos de la salud de la región, podría representar intereses ajenos a la Mosconi, incluidos los de empresas que constituyen su competencia.
“Por ahí hay alguna segunda intención, que esto explote para que desembarque una nueva gestión”, expresó, advirtiendo que en alguna ocasión, entre bambalinas, se habló de la posibilidad de que el establecimiento pase a manos del IOMA.
Más allá del referido encuentro, Mazzocchini pidió a la opinión pública no desviar la mirada de los problemas ‘reales’ de la clínica. “Nos quedamos sin el 70% del ingreso por un capricho de la gente de La Cámpora”, expresó en alusión a la quita de cápitas del año pasado por decisión del organismo que hasta diciembre condujo Luana Volnovich.
“No nos interesa confrontar con la gestión anterior. Queremos que nos dejen trabajar en paz. Tenemos un enfermo en UTI (la clínica) y estos vendedores de sombreros de paja te distraen. No entiendo cuál es el sentido”, advirtió, poniendo de relieve que a la cooperativa le resulta aún más difícil salir adelante con gente ‘tirando piedras y boicoteando’ sus esfuerzos.
En tal sentido, convocó a autoridades municipales y provinciales, así como a representantes de la CTA (manifiestamente críticos de la actual conducción de la cooperativa) a revisar los motivos reales por los que la clínica perdió las aludidas cápitas de PAMI, instándolos a colaborar para recuperarlas.
“Lo que deberían preguntarse es por qué los asociados no pueden cobrar en tiempo y forma y golpear las puertas del Instituto (INSSJP) para que restituya las cápitas. Deberían ser racionales. Se cobra de lo que hay, no se puede repartir lo que no hay, primero hay que generar”, sostuvo.
En tal sentido, manifestó que si alguien tiene la peregrina idea de hacerse del control de la clínica para ensayar algún tipo de negocio, ‘se va a encontrar con nada’.
A la vez, tras oír que alguien se pronunció por pedir la intervención del INAES, se preguntó cuál sería en ese caso el beneficio para los trabajadores de la clínica y la comunidad berissense. “¿Qué va a venir a hacer el INAES, va a venir a poner plata, a hacer las guardias, a atender a los pacientes, a conseguir financiamiento?”, se preguntó, crítico de la distancia entre los organismos burocráticos y los problemas reales de las instituciones.
Por la supervivencia
La debacle de la clínica, remarcó Mazzocchini, obedece a unos quince años de ‘desmanejo’, que incluyeron entre otras faltas graves, maniobras de sobrefacturación (“Facturaban tres tubos de oxígeno y cobraban uno”, aseveró).
La actual administración, explicó, afronta consecuencias económicas y judiciales heredadas. En la lista de incendios por apagar figuraba, conforme a su enumeración, un embargo trabado por la multinacional Microsoft por 20 mil dólares.
El déficit del establecimiento, agravado por el retiro de las cápitas del PAMI, derivó en el cierre de la cuenta del Banco Credicoop con la que la cooperativa operaba. “Con gran esfuerzo pudimos recuperar la cuenta corriente a nivel judicial para acreditar las transferencias de IOMA”, aseveró, replicando un dato que se transmitió al conjunto de los asociados en la asamblea del 17 de enero.
“Si la clínica venía en déficit con los 20 millones que le entraban por PAMI, te imaginarás cuál es la situación ahora”, expuso en paralelo, para dejar en claro las dificultades que se atraviesan a la hora de cumplir con médicos, enfermeros y proveedores. En tal sentido, consignó que mientras desde algunos sectores se atenta contra la continuidad de la clínica, quienes la conducen ponen en juego incluso su patrimonio para que resurja. “Se siguen brindando servicios como sea y la gente sigue atendiéndose porque la comunidad de Berisso a la Mosconi la quiere. No nos vamos a rendir, ni equipo, ni asesores, ni médicos, ni enfermeras”, subrayó, describiendo que no es extraño por estos días ver a la presidente de la cooperativa, Silvia Argañaraz, pidiendo plata a personas de su entorno para cubrir el costo de un tubo de gas o lo que se necesite con urgencia.
Los contactos con la nueva administración nacional ya se iniciaron. Pero por el momento, no hay otra respuesta que el silencio. “Imploramos que haya un cambio”, señaló el abogado, mientras la acción judicial para tratar de recuperar las cápitas, aún sin el acompañamiento de autoridades locales y provinciales, sigue su curso.
